¿CIENCIA O PSEUDOCIENCIA?:
Manuel A. Paz y Miño
Lic. en Filosofía, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y M.A. en Ética Aplicada Universidad de Linköping
Correo-e: mapymc@yahoo.com
Correo-e: mapymc@yahoo.com
RESUMEN
Creemos -en concordancia con Lakatos, Bunge y otros- que la
distinción entre ciencia y pseudociencia no es un mero problema académico o que
no merece nuestra atención siquiera sino que su elucidación tiene implicancias
sociales, económicas y aún políticas. Existen muchas disciplinas a las que
podemos cuestionar su "cientificidad" (la astrología -ahora llamada
cosmobiología-, el materialismo histórico, la parapsicología, el psicoanálisis,
la teología, etc.) pero que reciben el membrete de ciencias -o en todo caso
protociencias- entre sus partidiarios y el de pseudociencias entre sus
adversarios respectivamente, especialmente la mayoría de los miembros de la
comunidad científica. ¿Es una disyuntiva difícil de solucionar? Pensamos que
no. Hay ciertas ideas generales y básicas -inclusive provenientes del sentido
común- que nos puedan aclarar tal si tal o cual conjunto de ideas o
conocimientos es científico o no o aun verdaderos. El calificativo de
científico no yace en un simple gusto o inclinación personales. De otro lado,
se hacen algunas reflexiones y referencias sobre el éxito receptivo de las
pseudociencias y sus implicancias en la gente.
Separando la ciencia de la pseudociencia
Nuestro trabajo tiene que ver con aquel conjunto de
afirmaciones, creencias, investigaciones y actividades que son rotuladas o
presentadas por sus seguidores y practicantes como "ciencia" cuando
en realidad no lo son, más bien es una falsa ciencia, esto es, la pseudociencia
(1). Pero para eso previamente tenemos que saber en qué consiste la
investigación y la actividad científica, tenemos que responder primero a la
pregunta ¿qué es ciencia? La palabra ciencia es vieja (2) viene del latín scientia que significa conocimiento. Así
el conocimiento científico sería el conocimiento propiamente dicho (es decir,
el de mayor evidenciabilidad, explicabilidad y probabilidad y claro está modificabilidad).
La ciencia (actual) sería un conjunto de procedimientos que tratan de dar
cierta descripción y explicación del mundo natural y humano (de ahí las
ciencias naturales y sociales) a partir de la observación y la lógica, claro
está, partiendo del supuesto que tal mundo es real, es decir, que existe, e
idealmente haciendo uso de un lenguaje simbólico (las ciencias formales o
matemáticas). En general, todo ello se conoce como el conocimiento científico
el cual, a su vez, se le intenta verificar, contrastar y utilizar en mayor o
menor grado. Todos los demás tipos de conocimiento (no científico) tienen que
ver con el sentido común, con la imaginación, el sentimiento o la mera creencia
y, por supuesto, no son objeto del presente escrito (3).
¿Cuándo estamos frente a una pseudociencia, esto es, una
falsa ciencia? Los que estudian estas cuestiones -y otras más como el método
científico, su caracterización y evolución- son los llamados epistemólogos, los
estudiosos de la ciencia (que pueden provenir no sólo de la filosofía sino
también de la ciencia misma) y los filósofos de la ciencia que tienen que
conocer su historia y sus diversas hipótesis. Entre los más renombrados de este
siglo (4) tenemos a Karl Popper para quien (5) la distinción fundamental de una
teoría científica de otra que no lo sea radicaría en su refutabilidad potencial
-más conocida como falsacionismo-, esto es, en su capacidad de evolucionar, de
modificarse e incluso de demostrar su ya no eficacia para la explicación de
determinados fenómenos. De esta manera las formas ortodoxas de la teología, el
psicoanálisis o el materialismo histórico (y dialéctico) no serían ciencias. E
incluso la teoría darwiniana de la evolución de las especies sería de índole
metafísica al no poder predecir una evolución futura determinada de alguna
especie.
Para otro epistemólogo como Mario Bunge (6), todo campo
cognitivo -una actividad humana que se propone obtener, difundir o utilizar
conocimiento de algún tipo, sea este conocimiento verdadero o falso- que pretenda
ser científico tiene que poseer una serie de caracteres básicos -cambiabilidad
de los mismos caracteres o componentes de la ciencia, perspectiva general del
mundo (cosas cambiantes, gnoseología realista, investigación libre de la
verdad), fondo formal (teorías lógicas y matemáticas demostrables), dominio o
universo (con entidades reales), fuente específica (datos, hipótesis, teorías
actuales confirmadas y corregibles), problematicidad (sobre la naturaleza del
domino y de otros componentes), caudal de conocimiento (datos, hipótesis,
teorías, actuales verificados compatibles y anteriores), objetivos (descubrir o
usar las leyes e hipótesis, mejorar los métodos), métodos (procedimientos
examinables, analizables, criticables), sistematicidad (hay relación con otra
ciencia). Así las religiones, las ideologías políticas y las pseudociencias y
pseudotecnologías serían sólo campos de creeencias.
Para Thomas Kuhn (7) una revolución científica sólo es un
cambio irracional de convicciones (como una conversión religiosa de masas)
consecuencia de la crisis del paradigma científico. Entonces no habría una
demarcación clara entre ciencia y pseudociencia ni diferencia entre el progreso
de la ciencia y la decadencia intelectual: no habría un criterio objetivo de
verdad.
Algo parecido decía Paul Feyerabend (8) para quien la verdad
científica era tan cierta como la verdad mítica con los mismos derechos a ser
defendida y promovida. Imre Lakatos (9) propuso que la ciencia avanza mediante
programas de investigación no por hipótesis aisladas de ensayos y errores, de
conjeturas y refutaciones. Su núcleo es protegido de las refutaciones por un
gran Cinturón Protector de hipótesis auxiliares, también por una heurística
para la solución de problemas que, "con la ayuda de técnicas matemáticas
sofisticadas, asimila las anomalías e incluso las convierte en evidencias
positivas". La teoría de la gravitación de Newton, la teoría de la
relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, el marxismo, el freudismo son
todos programas de investigación pero no todos son "igualmente
buenos", es decir, existe tanto programas científicos o progresivos (la
teoría lleva al descubrimiento de hechos nuevos) y pseudocientíficos o
regresivos (las teorías son fabricadas sólo para acomodar los hechos ya
conocidos). Un ejemplo típico sería el marxismo que no ha predicho con éxito
ningún hecho nuevo: pronosticó el total empobrecimiento de los trabajadores,
que la primera revolución socialista sería en la sociedad industrial más
desarrollada, que las sociedades socialistas no tendrían revoluciones, que no
existirían conflictos de intereses entre los países socialistas. Los marxistas
explicaron todos los fracasos con hipótesis auxiliares elaboradas después de
los sucesos para "proteger a la teoría de los hechos. El programa
newtoniano originó hechos nuevos; el programa marxista se retrasó con relación
a los hechos y desde entonces" corrió para alcanzarlos (10).
Por otro lado, sería sinónimo de ingenuidad o ignorancia el
calificar de «ciencia» a cualquier conjunto de conocimientos o actividades que
se presentan como tal porque utilizan el prefijo griego logos en su
denominación, o porque nos presentan un conjunto de afirmaciones (o creencias)
sistematizadas y ordenadas. Si ese fuera el caso también serían ciencias (en el
sentido moderno-occidental del término) la astrología y la teología, o los que
se dedican a la adquisición de datos inexistentes o provenientes de la fantasía
(por ejemplo los fanáticos expertos de los relatos e implementos de Star Trek o
de las historietas de «superhéroes» difícilmente podrán ser catalogados como
científicos). En general, los defensores de las pseudociencias creen, están
seguros, "sienten en su interior" que sus disciplinas estudian algo
real (subjetivismo gnoseológico). Su creencia puede ser muy sincera pero eso no
valida ni prueba sus afirmaciones. Veamos brevemente algunos casos.
El caso de la
teología
¿Es posible la teología, "la ciencia de Dios"?
Creemos que no porque Dios -así como un alma inmortal- son entidades a priori y
por definición son entes metafísicos, que se aceptan por fe -meramente
vivencial o intelectual-, esto es, no se ha probado su existencia real y por lo
tanto no son susceptibles de estudio científico. Y si la teología se ocupase
solamente de la revelación escrita también podríamos decir lo mismo, esto es
que no se puede demostrar que la Biblia sea la Palabra de un dios o ser supremo
así como tampoco el Corán, los Vedas, el Tao Te King, etc. Más bien tales
escritos sagrados y las religiones en general al tener una realidad en el mundo
humano y social pueden ser objeto de estudio de las ciencias de la religión (la
historia de las religiones, la psicología de las religiones, la sociología de
las religiones, etc.) y claro está también Dios y la religión son temas de discusión
filosóficos a través de sus ramas clásicas como metafísica, ontología o
especiales como la filosofía de la religión. La teología sería el intento
sofisticadamente intelectual o racional de fundamentar cualesquiera de las fés
existentes (cada una de las cuales se presenta como la verdadera y por ende
excluyente de las otras) y por ende con sus limitaciones susceptibles de ser
rebatidas en gran manera a través de los contraargumentos de los no creyentes.
Pero de todas maneras, muchos científicos son creyentes en lo Divino o lo
Trascendente al salir de sus laboratorios y trabajos y naturalmente, no
expresan sus creencias en ninguno de sus artículos o libros académicos.
El caso de la
astrología
Los astrólogos a veces pueden hacer un excelente papel o no
como consejeros o motivadores puesto que muchos de sus clientes los buscan
debido a sus problemas económicos o sentimentales. Si los lectores de los
astros les dicen: "Hoy la posición de los planetas y las estrellas te
favorecen, te va ir mejor que ayer si haces esto", "hoy vas a conocer
a alguien importante en tu vida" o "tienes que dedicar más tiempo a
tu pareja o la perderás" simplemente están reforzando positivamente sus
actitudes. Aunque, por supuesto, por mucha que sea nuestra motivación,
predisposición -o desesperación- no siempre las cosas saldrán como se desea. Y
es así que todos estos profetas del porvenir tienen mucha demanda y cualquier
periódico o programa noticioso o femenino sea de radio o TV tiene su sección
astrológica (incluso hay líneas telefónicas "especializadas" en
consejería astrológica o incluso psíquica). Y claro ninguno podrá predecir lo
mismo a una misma persona para un mismo día o una misma situación. Tampoco los
gemelos tendrán el mismo destino astral a pesar de tendencias conductuales
similares programadas genéticamente.
De otro lado, las milenarias constelaciones han cambiado de
posición y las constelaciones son diferentes para los habitantes del hemisferio
sur y del norte y la influencia de un planeta en el momento del nacimiento puede
ser interpretada de más de una manera por las distintas escuelas astrológicas,
por ej. Marte es el planeta rojo, el de la guerra y la sangre, según los
occidentales, en cambio para los chinos tal color es bonito y positivo.
Paradójicamente para occidente Venus está relacionado con lo blanco, lo puro y
lo hermoso y para la visión china en cambio significa la guerra, la muerte y la
destrucción. Además las constelaciones pueden ser descritas u observadas de
forma distinta: los antiguos griegos veían en las agrupaciones estelares
centauros, cabras, carneros, etc. y los que vivían cerca de los Andes peruanos
monos, colibríes, etc. Nosotros sólo vemos a las estrellas agrupadas y
superpuestas de cierta forma desde nuestra posición en la Tierra pero la
realidad es que grandes distancias las separan entre ellas. Aunque hay
variaciones entre las antiquísimas astrologías occidental y oriental -como las
precolombinas, la egipcia, la hindú y sobre todo la china-, la física y la
astronomía contemporáneas son las mismas en Atenas, Nueva York, el Cairo, Delhi
y Pekín.
Incluso entre los mismos practicantes actuales de la
astrología hay variaciones interpretativas: los horóscopos diarios, semanales o
mensuales no consideran la hora ni el lugar de nacimiento de sus lectores en
relación con las posiciones astrales fundamentales como si lo hace la horaria
(o astrología genetlíaca que se interesa por el porvenir). Los horóscopos -como
los adivinos- normalmente no hablan de las desgracias o de la muerte (tal vez
para no ahuyentar a los clientes y creyentes). Algunos también podrían aducir
que las mejores predicciones son las que se hacen con mejores elementos
técnicos, esto es, con computadoras.
Un argumento astrológico que suena muy razonable es el
siguiente: si la luna, el cuerpo espacial más cercano a nuestro planeta,
influencia en la aparición de las mareas altas y bajas, ¿por qué no van a
influenciar los astros en los seres humanos ya que sus cuerpos están
conformados mayormente de agua? (Recuérdese que a los dementes se les llama
"lunáticos") ¿Qué del clima? ¿Acaso muchos no "sienten" la
llegada de la primavera o se interesan más en su prójimo -o se deprimen- en la
época de navidad? Algunos postulan la influencia del campo magnético terrestre
en la sensibilidad humana el mismo que indica a las aves migratorias el camino
a seguir. Es cierto que el medio donde vivimos estimula -positiva o
negativamente- nuestro estado de ánimo pero también es verdad que no todos
reaccionamos de la misma manera ante un mismo estímulo.
Pero ¿influyen o no las estrellas en nuestra conducta?
Cuando nace un bebé, digamos, en una maternidad, ¿no es mayor la gravedad
ejercida por el médico o las enfermeras y su misma madre que se encuentran a
centímetros de él que la atracción de Marte o Júpiter que están a miles de kilómetros
de distancia de la Tierra? Peor aún la estrella más cercana -sin contar al sol-
está a 4.3 años luz de nosotros en el Sistema Alfa Centauro. Eso quiere decir
que al mirar esa estrella su luz llega a nuestra vista después de 4.3 años y
que ha viajado durante todo ese tiempo a una velocidad cercana a los 300,000
kilómetros por segundo (que es la velocidad constante de la luz).
Claro que en la Antigüedad no se sabía esto ni de los
efectos gravitatorios infinitesimales de los millones de cuerpos celestes sobre
las personas, es más, se creía que las estrellas estaban a una distancia mucho
más corta e implantadas en una esfera que las hacía girar. Esto según el
sistema geocéntrico de Claudio Tolomeo (siglo 2 de nuestra era) en donde la tierra
es el centro del universo, en contraposición al heliocéntrico, en donde los
planetas e incluso la tierra giran alrededor del sol. Claro que para zanjar
cualquier contradicción o cuestionamiento los astrólogos sostienen que
"las estrellas influyen mas no determinan". Algo parecido dicen los
biólogos y los sociólogos con respecto a los genes y la sociedad
respectivamente en relación a nuestra personalidad. El problema fundamental es
el de saber si nuestro accionar está condicionado predominantemente por los
astros, el clima, la gente que nos rodea, nuestros genes o nuestro mero
pensamiento o voluntad. Todo esto tiene que ver con la clásica controversia
entre determinismo y libre albedrío. La astrología es llamada actualmente
cosmobiología, entre otros, por la Gran Fraternidad Universal, una secta
sincrética internacional contemporánea.
El caso de la parapsicología
Al parecer la parapsicología sería otro ejemplo de
pseudociencia (para en griego es paralelo, junto a; psiquis: mente, alma, y
logos: tratado, ciencia). donde sus partidarios parten de la idea que existen
los fenómenos paranormales o la percepción extrasensorial (P.E.S.) -o
simplemente fenómeno PSI- como la telepatía -la capacidad de la transmisión del
pensamiento sin mediar nuestros órganos corporales, junto a la telequinesis -el
mover objetos sólo con el pensamiento-, o la precognición -la capacidad de
predecir acontecimientos futuros-. Se denomina psíquico al que supuestamente
posee alguna habilidad, característica o «poder» de índole paranormal o
parapsicológico. Incluso hay quienes aducen tener la capacidad de curar con la
imposición de manos (11) o de realizar cirugía sin bisturí (esto
comprobadamente fraudulento una y otra vez) de los cuales hay montones en las
Filipinas y el Brasil. Otra cosa son las hierbas medicinales tradicionales (12)
y el hipnotismo (13).
Pero, ¿acaso no ha habido y hay continuos informes de tal y
cual experiencia paranormal así como apariciones fantasmales y de avistamientos
de OVNIS? Claro que sí, pero, una vez más eso no implica que las afirmaciones o
testimonios prueben lo paranormal, los espíritus incorpóreos y las naves
extraterrestres existan.
La parapsicología tuvo cierta y limitada aceptación en el
mundo académico. Por ejemplo hubo laboratorios experimentales parapsicológicos
en algunas universidades norteamericanas como la de Duke, en la alemana de
Frankfurt, en la holandesa de Utrecht y en Cambridge había una beca para
investigar en ese campo (en los EE.UU. se sigue intentando comprobar
experimentalmente en algunas instituciones el fenómeno PSI). Y actualmente hay
pocos laboratorios norteamericanos e ingleses universitarios dedicados a la parapsicología.
Pero en la mayoría de los centros superiores renombrados y serios del mundo no
hay laboratorios parapsicológicos (La Asociación Americana de Parapsicología
fue admitida hace años -en los tiempos de la conducción de Margaret Mead- en la
Asociación Americana para el Avance de la Ciencia).
El asunto radicaría en probar la existencia del fenómeno PSI
y también en explicarlo cosa que hasta ahora no se ha hecho: la mayoría de lo
que supuestamente se toma como sucesos paranormales simplemente son producto de
las profundas convicciones del creyente o de ilusionistas buscadores de fama y
fortuna así como fenómenos meramente naturales de origen físico e incluso
alucinaciones provocadas por campos electromagnéticos.
Sólo si la parapsicología demostrase la existencia del
fenómeno PSI sería aceptada como una ciencia.
Pero la mayoría de los informes y reportes de experimentos realizados -y
que aún se hacen- en laboratorios de física y psicología de diversas
universidades del mundo como también las muchas observaciones de campo no ha
demostrado plenamente la existencia del fenómeno PSI y a pesar de todo eso no
lo han descartado completamente.
El Comité [internacional] para la investigación científica
de las afirmaciones paranormales que incluye no sólo a renombrados científicos,
educadores, filósofos sino también a magos profesionales postula que hay que
investigar tales declaraciones ante la posibilidad de nuevos fenómenos. Empero
lo que se halla finalmente son buenos trucos de predigistación que un mago profesional
puede repetir (incluida la llamada curación psíquica a mano
"desnuda"). Es decir, estos trucos de magia -debidos a la sugestión,
velocidad en el movimiento de las manos, una clave en el lenguaje para la
transmisión de datos, que se haría pasar por telepatía por ejemplo- no son
fenómenos fuera de lo común o parapsicológicos ni mucho menos sobrenaturales.
Esto lo sabía muy bien el legendario Houdini quien se dedicó también a
descubrir muchos fraudes espiritistas y a hacedores de milagros.
En cambio para los adeptos de esta actividad sería una
protociencia, una ciencia emergente aún por desarrollarse. Y como cualquier
ciencia no exacta -como la misma psicología y la sociología- la parapsicología
presentaría unas teorías más precisas que otras compitiendo entre sí. En el
caso de las primeras habría un tipo de parapsicología que se restringiría más a
los hechos mismos que a la mera especulación, que no interpretaría los
fenómenos o sucesos a estudiar como originados en seres inmateriales. Tenemos
el caso de los poltergeist, que de acuerdo a la tradición alemana serían
duendes o espíritus traviesos, cuya explicación en este tipo de parapsicología
sería la presencia de adolescentes muy excitados o tensos emocionalmente lo
cual produciría una telequinesis involuntaria (Claro está que para los
escépticos sólo sería producto de alguna rabieta infantil o juvenil).
Como hemos dicho antes la parapsicología trataría de
fenómenos, sucesos o acontecimientos extra psicológicos o paranormales (la
telepatía, la telequinesis, la precognición, la clarividencia y demás
variantes) y de esa manera es fácil muchas veces querer ampliar su supuesto
objeto de estudio «echándoles en un mismo saco» con los sucesos raros,
extraños, aparentemente sin explicación, mágicos, «sobrenaturales»,
«milagrosos» en general (alma inmortal, reencarnación, posesión espiritual,
despedidas de los próximos a morir, mensajes a través de «mediúms» de los ya
muertos, apariciones de fantasmas -espiritismo- y duendes, bicorporeidad,
cuerpo y viaje astral, curaciones mentalistas o por fe, teofanías, encuentros
con ovnis y extraterrestres, cuarta dimensión o mundos paralelos, etc., etc.)
Todos esos fenómenos entrarían en el campo de la llamadas
otras ciencias, paraciencias, o simplemente "ciencias ocultas" que simplemente
serían las arcanas magia y brujería, lo oculto, lo esotérico, las religiones
primitivas y animistas Todos estos sucesos han inquietado no sólo a gente poco instruida
-o que no ha conocido la ciencia moderna- sino también a los eruditos, filósofos
y científicos o que han sido embaucados -como el médico Arthur Conan Doyle que
llegó a creer que unas hadas habían sido fotografiadas con unas niñas- o que
simplemente se han dejado llevar por sus expectativas o ilusiones. Los
primeros, los menos instruidos, los aceptan totalmente como de origen
extramaterial o sobrenatural, sin dudar ni verificarlos. Los últimos, los
«cultos» tratan de explicarlos, comprobarlos o aún refutarlos si fuera el caso
-lo que no es poco frecuente-.
El caso de la
ovnilogía
Como en el caso de parapsicología podemos encontrar dos
grandes tendencias en la ovnilogía o ufología (14): una escéptica y otra
religiosa. Esta última es catalogada como una religión contemporánea, una neo
religión que en términos generales postula que la humanidad se originó por la
intervención de inteligencia extraterrestre, que ella creó los grandes
monumentos de las culturas no europeas del pasado y que no son producto de la
inteligencia autóctona humana, incluso que las apariciones de antaño de los
dioses -con truenos y rayos- en realidad eran naves espaciales y que en la
actualidad los alienígenas vigilan la Tierra, raptan (abducciones) a alguna
gente para estudiarlos o llevárselos a sus planetas, se comunica con ciertos
escogidos privilegiados -general y exclusivamente (15) por telepatía- esperando
el momento oportuno para actuar, esto es, para redimir a los justos y a
castigar a los impíos. ¡Un mesianismo extraterrestre que resolvería los
problemas de la humanidad! (16).
Pero dejando de lado estas exageraciones ¿no es acaso
legítima la pregunta de si los extraterrestres ya han llegado a la Tierra? A
esto le compete la ufología escéptica. De hecho, en primer lugar, es probable
que también hayan evolucionado formas de vida en otras regiones del Universo semejantes
o no a la nuestra basada en el elemento carbono. También es posible que haya
algunas civilizaciones altamente tecnológicas que puedan realizar viajes tan
largos. Si estas dos condiciones ya se han cumplido es posible que los ovnis
-parte de ellos- sean de origen extraterrestre. Oficialmente no tenemos nada
asegurado (17) pero eso no significa que cualquier reporte de contacto
extraterrestre sea tal. Tantos contactos, algunos reiterados y en paz no han
podido producir fotos fiables (18). Además el que haya ovnis justamente prueba
que hay muchas flotando cosas allá en el cielo que no podemos identificar
debido a problemas de visibilidad (clima, defectos orgánicos o mentales), de
reconocimiento (confusión de planetas, estrellas o meteoritos, carencia de
datos o conocimiento de ciertos artefactos o inventos terrestres como
satélites, globos atmosféricos, naves militares, etc.). Si los avanzados
extraterrestres están ya entre nosotros al parecer su tecnología es limitada
para las comunicaciones pues han sido incapaces de demostrar a la población de
los cinco continentes su existencia por medio de interferencia radial o
televisiva (Claro que se podría argüir que les gusta el misterio o tienen
razones para no presentarse abiertamente). Además al parecer no les gusta
interferir en los problemas de la humanidad (hambre, guerras, desastres
naturales, sabotajes humanos, etc.). O simplemente están esperando el momento
adecuado para presentarse.
El caso del
psicoanálisis
Otro caso controversial es el psicoanálisis freudiano. La
psicología, como las demás ciencias sociales (19), tiene tendencias y escuelas
diversas y hasta contradictorias. Tenemos corrientes como el conductismo, la
psicología de la forma, la humanista, la cognitiva, etc. Algunos de los
discípulos de Freud también crearon sus propias tendencias (Adler, Jung, Reich)
o trataron de mejorar o complementarlo (el neopsicoanálisis antropológico y
social, y el lacaniano). La teoría freudiana nos dice que el ser humano tiene
una energía sexual o libido "que tiene todas las propiedades de una
cantidad -aunque no poseamos medio alguno para medirla-", es decir que no
puede comprobarse que exista, "algo susceptible de aumento, de
disminución, de desplazamiento y de descarga..." (20). si esta libido no
se descargaba formaba fobias o neurosis compulsivas. Recordemos que Freud fue
un médico de la Viena victoriana represora y reprimida por tanto sus
observaciones de la conducta eran parciales, es decir, no corresponden a la
especie humana en general.
En muchas de las llamadas culturas primarias o primitivas la
expresión de la sexualidad y la genitalidad es mucho más libre y menos
complicada (por no decir torturante o vergonzosa). Además existe en la mente
humana tres niveles: el consciente, el preconsciente y el inconsciente el cual
contenía reprimidos deseos y recuerdos prohibitivos o dolorosos. Así en la
infancia aparece el complejo de Edipo donde el niño se siente atraído
sexualmente por su madre. Además nos da una teoría del desarrollo con las
siguientes fases: oral, anal, genital. La represión inconsciente lleva a
desórdenes sicológicos (como los involuntarios actos fallidos, la neurosis).
Así es misión del terapeuta psicoanalista descubrir mediante
el análisis el contenido oculto del inconsciente del paciente a través del
relato de posibles experiencias traumáticas de la infancia y del relato de los
sueños. A través de la libre asociación el psicoterapeuta podría descubrir en
el lenguaje del relato la significación oculta o explícita de tales
experiencias. Las cosas puntiagudas representaban lo masculino y las
redondeadas lo femenino (simbolismo conocido desde hace siglos y casi
universal). Pero cuando soñamos nuestros recuerdos de experiencias vividas se
mezclan con nuestra fantasía, de esa manera determinado objeto o situación
podría significar cualquier cosa. La consulta psicoanalítica podría durar años
y años y ser finalmente inefectiva. O puede traer mejoras al paciente (como
cuando éste necesita con quien hablar de sus cosas personales, o deja de ir al
consultorio y luego se siente mucho mejor: remisión espontánea). En general
(21), los psicoanalistas no consideran otras hipótesis más que las suyas para
interpretar las conductas tratadas. Así no trabaja la ciencia pero sí la
religión. Y los experimentos que han tratado de confirmar las nociones
psicoanalíticas han fracasado.
Connotaciones
sociales de la pseudociencia
La demarcación entre ciencia y pseudociencia tiene mucho que
ver con la crítica, la censura y la intolerancia en la investigación
científica. La teoría de Copérnico fue condenada al Indice de ideas y obras
prohibitivas por la Iglesia Católica que tenía el poder político y
"científico" (1616) porque supuestamente era pseudocientífica (la
Tierra ya no era el centro del Universo y el sol simplemente era el centro de
un sistema planetario más). El Partido Comunista de la URSS declaró (1949)
pseudocientífica a la genética mendeliana -por "burguesa y
reaccionaria"- y mandó a sus defensores como Vavilov a morir en campos de
concentración.
En el Occidente liberal también las instituciones ejercitan
el derecho de negar la libertad de expresión y los fondos respectivos cuando
algo es considerado pseudocientífico, como en el debate en relación a la raza y
la inteligencia. Todos estos juicios inevitablemente se fundamentan en algún
criterio de demarcación y claro está, en prejuicios humanos. Así, como escribió
Lakatos, el problema de la distinción entre lo científico y lo pseudocientífico
"no es un pseudo problema para filósofos de salón," o de simple risa,
"sino que tiene serias implicaciones éticas y políticas". Por otro
lado Bunge nos recuerda que hay muchos recursos económicos y humanos en juego
piénsese en los posibilidad de aceptación de cualesquier pseudociencia
compitiendo con una ciencia legítima en las universidades o algún proyecto de
investigación financiado con fondos públicos lo cual terminarían siendo
desperdiciados.
Entonces, ¿por qué estudiar las afirmaciones
pseudocientíficas? (22) 1. La afirmación podría ser verdadera. El error en
examinarla entonces retrasaría la adquisición de conocimiento novedoso, tal vez
importante (hipnotismo, meteoritos, acupuntura). 2. Si la afirmación es falsa,
la comunidad científica tiene la responsabilidad de informar al público.
Ignorar una afirmación y no probarla deja el campo a los promotores de tales
afirmaciones y priva al público de la afirmación necesaria para hacer las
elecciones con conocimiento (gasto de dinero y tiempo: fraude). 3. Por los
importantes temas sicológicos relacionados. ¿Por qué, por ejemplo, la gente
cree vehementemente en teorías que no sólo no tienen ninguna evidencia para
apoyarlas sino que también han mostrado vez tras vez estar completamente
equivocadas? 4. La aceptación no meditada de las afirmaciones pseudocientíficas
trae peligros reales. Los creyentes pueden actuar en base a sus creencias y
causar daño físico, aún la muerte, a ellos mismos y a otros. En suma, como
nuestra sociedad ha llegado a ser más dependiente de la ciencia y tecnología,
todos estamos amenazados por el incremento de la aceptación no crítica de las
supersticiones claramente incorrectas y no científicas y las creencias
relacionadas (persecución de brujos y de "subhumanos", curación
psíquica y por fe).
Conclusiones Es comprensible el auge y éxito de la
pseudociencia (ingenua o fraudulenta), especialmente en épocas de crisis
económica y moral (así como también el de las sectas, los juegos de azar y las
apuestas). Sobre todo si tiene un número de seguidores significativo y si su
refutación no ha sido muy divulgada no puede evitarse su presencia en el mundo
académico. No pocas veces las pseudociencias son una excelente válvula de
escape ante los problemas que muchas veces pueden llevar a la incertidumbre o
la desesperación o simplemente producen en nosotros un fascinante interés y curiosidad
por saber si nuestra vida será afortunada -o desastrosa- en cuestiones tan
importantes como la salud, el dinero y el amor. También a veces el ideal
positivista ilustrado de "saber es poder" o "la ciencia
resolverá todo" puede hacer apresurar a algunos aceptar ideas y teorías
como verdaderas cuando no lo son en verdad (23), cuando aún no ha sido
demostrada su eficacia. Además el deseo vehemente de trascender la realidad
cotidiana -que no pocas veces es difícil y dolorosa-, la búsqueda de una certeza
y esperanza «aliviadoras» de los problemas económicos y los males del cuerpo y
la mente, y la dinámica de nuestra existencia humana empujan reiteradamente a
mucha gente hacia lo mágico, lo supersticioso y/o sobrenatural, así como su
debilidad, descuido e ignorancia, y el aprovechamiento de quienes buscan
diaria-mente incautos para sacarles algún dinero fácil (24) no solamente en su
país sino más allá de sus fronteras. Así también debemos educar a los demás en
la diferenciación básica e importante de lo que es ciencia y lo que no lo es
así como denunciar lo que se nos quiere presentar como verdaderamente
científico cuando en realidad es pseudocientífico, sin evidencia y mera
especulación. Por ello, debemos siempre estar alertas y denunciar -en lo
posible- los fraudes abiertos o solapados, explicar los supuestos fenómenos
"sobrenaturales" o "paranormales" con la ayuda de la razón,
el escepticismo y el conocimiento científicos. Y claro también debemos estar
abiertos ante la aparición o descubrimiento de nuevos hechos, fenómenos y
teorías siempre y cuando tengan fundamento y evidencia así como fuerza
explicativa. Tampoco debemos olvidar que uno ve lo que ha aprendido de su
cultura y sociedad, lo que ha visto anteriormente. El de mentalidad
mágico-religiosa tradicional ve duendes, fantasmas, el Destino, la Suerte,
etc., el de mentalidad más contemporánea ovnis, extraterrestres, etc. El muy
creyente verá «hasta en la sopa» la «mano» de Dios ya que de acuerdo a la
interpretación teísta, él está en todo lugar (ubicuidad) y lo conoce todo
(omnisapiencia) y no hay nada que suceda en este mundo si Él no lo quiere
(omnipotencia y providencia). En cambio el escéptico no ve nada sobrenatural o
paranormal: sólo lo que su razón y la evidencia le dictan. Finalmente, debemos
dejar bien en claro que para quienes tenemos una visión naturalista de la
realidad y de todo lo que sucede en ella, no existe lo sobrenatural o
milagroso. Lo que podríamos admitir es que hay ciertos fenómenos o sucesos
«inexplicables» que no podríamos explicar en la actualidad por falta de mayores
datos, pruebas o conocimientos pero que una vez obtenidos serían perfectamente
comprensibles. Lo "milagroso" y "mágico" de ayer es técnica
hoy.
NOTAS
(1) Las pseudociencias, según sus críticos, enemigos y
despreciadores, también son llamadas a veces proto/neociencias, según sus
adeptos, apologetas y defensores. Además históricamente antes el nivel
cognoscitivo de la ciencia era "inferior" al actual así se explicaría
que la alquimia, la astrología y la teología fueron consideradas ciencias.
(2) Así incluso se ha traducido a veces en la Biblia
"que la verdadera ciencia es el temor a Dios".
(3) El materialismo histórico y otras filosofías, las artes,
la teología y las religiones en general no son ciencia al menos en el sentido
moderno y estrictamente epistemológico de la palabra. Empero sería ingenuo y
ciego despreciar o negar su influencia social en la realidad humana. Poderes
mayores al científico y tecnológico son el económico y el político los cuales a
su vez no pocas veces están en manos de religiosos o incluso peor
irracionalistas extremos.
(4) También se puede decir que fueron estudiosos de la
ciencia en cierto modo en el pasado, entre otras cosas, Aristóteles, Santo
Tomás, Descartes, etc. pero claro en sus circunstancias ellos fueron conocidos
más como los filósofos, sabios y científicos de su tiempo.
(5) Véase su obra La
lógica de la investigación científica, Madrid: Tecnos, 1962.
(6) Véase el artículo de Bunge, M.: "Demarcating
Science from Pseudoscience", aparecido en Fundamenta Scientiae, Londres y otros: Pergamon Press, v. 3, no.
3/4, pp. 369-88, 1982.
(7) V. su obra La estructura de la revolución científica,
México, Fondo de Cultura Económica.
(8) V. su libro Contra el método, Barcelona: Ariel, 1975.
(9) V. La metodología de los programas de investigación
científica, Madrid: Alianza, 1978. Especialmente la introducción.
(10) En realidad lo que podríamos decir es que en las
ciencias sociales en general no se puede predecir como en las naturales ahí
estaría la diferencia fundamental. Lakatos equiparó el materialismo histórico
marxista con la física newtoniana.
(11) De ser verdad que ciertas fuerzas o mecanismos
corporales curativos se activan con la imposición de manos serían objeto de
estudio. Aunque hasta hoy en día eso es dudoso por no decir mera especulación.
Lo que es harto conocido es la naturaleza psicosomática de las enfermedades y
que un ambiente tranquilo y relajado influencia mucho en la mejora del
paciente. Además se sabe de la regresión espontánea de tumores.
(12) El papel importante de la medicina folklórica y las
hierbas medicinales tradicionales -de las que se han derivado los actuales
medicamentos farmacéuticos- ha sido reconocido por la Organización Mundial de
la Salud como una alternativa cultural a la medicina occidental científica
(Pero eso es relativo, ya que como los curanderos no poseen una estricta
preparación y control muchos pueden producir más mal que bien. Claro que
también los galenos no pocas veces "meten la pata" y muchos por
lucrar fácil y rápidamente timan a sus pacientes). La famosa y tradicional «uña
de gato» es comerciada ahora en forma de tabletas por más de una industria farmacéutica
debido a su carácter inmunológico. Tampoco negamos que no pocas veces hay
médicos que se aprovechan de la buena fe de los pacientes o que incluso cometen
graves errores. Como en cualquier otra profesión hay de los buenos y de los
malos.
(13) Si tomáramos los hechos paranormales como tales, es
decir como verdaderos no les podríamos dar una explicación racional
satisfactoria. En conjunto, tales sucesos tendrían muchos cabos sueltos pues el
sólo hecho de aceptarlos nos llevaría a la conclusión de que el cerebro (y/o la
mente) influencia de alguna forma -aún no conocida plenamente- en la materia y
que nuestro conocimiento actual de ésta es limitado, o por aún, errado. Todo el
armazón racional y científico -la concepción materialista implícita del
universo- se vendría abajo. Y como sucedió con las otras revoluciones
científicas se buscarían nuevas respuestas al cómo es que se producen tales
procesos y fenómenos, constantemente se elaborarían nuevas y variadas teorías
para explicarlos -unas más verificables que otras-. Cosa semejante ocurriría
con el hallazgo comprobado de inteligencia extraterrestre (o de los viajes en
el tiempo o de otras dimensiones). El desarrollo histórico de la ciencia
(occidental) nos ha mostrado que sus ideas, concepciones y teorías evolucionan
para bien, se perfeccionan y lo que hoy no puede ser muy bien explica-do,
mañana sí lo será. No hay que impacientarnos ni nos arrojemos a los brazos de
la ignorancia, del miedo y la irracionalidad cuyos vástagos son la
superstición, la magia y la religión.
(13) La hipnosis se utiliza ahora en la psicología, la
medicina y hasta la criminología para muy diversos fines sea para recordar
sucesos traumáticos con fines terapéuticos o policiales, como sustituto de la
anestesia convencional, o simplemente para reforzar el ego. Claro que también
hay quienes la utilizan para las llamadas regresiones (es decir para recordar
supuestas vidas pasadas), o en la propaganda comercial. Los seres humanos somos
sugestionables, unos más que otros, fácilmente nos dejamos convencer y engañar,
pero nada de esto es paranormal.
(14) Viene de la abreviatura inglesa U.F.O.= Unidentified flying object, esto es,
objeto volador no identificado, platillo volante o volador u O.V.N.I.
(15) Esa comunicación privilegiada entre los escogidos
creyentes de las visitas extraterrestres nos recuerda a la de niños devotos -a
través del siglo y en diversos lugares del mundo- que fueron los únicos que
podían «escuchar» los mensajes de María, la madre de Jesús. Los ufologistas
religiosos también se comunican con los no terrícolas a través de mediums y por
medio de la escritura automática. Se repiten así las técnicas de la
comunicación espiritista con los muertos (para los creyentes fundamentalistas y
literalistas de la Biblia serían espíritus demoníacos).
(16) En el Perú tenemos varios grupos sui-generis que rinden
culto a los extraterrestres y sus naves entre los que destacan: a) el
movimiento Alfa y Omega -que incluso tiene una rama marxistoide- que proclama
que Jesucristo retornará a la Tierra con sus ángeles en platillos voladores y
cuyo fundador -el cual vivía en el distrito de Lince era un chileno que
afirmaba que los miles de dibujos de contenido ufológico y bíblico le habían
sido revelados por Dios telepáticamente (Algo típico de los fundadores de los
nuevos grupos religiosos es la comunicación privilegiada con la Divinidad de
parte de sus elegidos); y B) el grupo Rama con sus variantes e escisiones
encabezados por Sixto Paz Wells quien también afirma tener contactos
telepáticos -su padre fundó el Instituto de Relaciones Interplanetarias- como
también haber sido llevado a otros mundos. Y claro ninguno de estos grupos
puede mostrar evidencia alguna de sus «miles de encuentros» con los
alienígenas, ni siquiera una foto con ellos abrazándose por tan feliz reunión.
(17) Se aduce la teoría de la gran conspiración a nivel
mundial que afirma que no se debe revelar la existencia ya comprobada de vida
alienígena para evitar el pánico y otras cosas.
(18) Algo parecido pasa con las tomas de fantasmas. Los
videos estudiados minuciosamente demostrarían que hay ovnis capaces de
maniobras imposibles para cualquier nave terrestre convencional conocida pero
no que sean de origen extraterrestre (No hay que olvidar también que
actualmente existe la capacidad tecnológica de los efectos especiales en los
videos, las películas y los juegos de computadora). Lo característico de la
ciencia, de sus hipótesis y teorías es que no son discutibles y por lo tanto
refutables. Esta es su fuerza. Cualquier hipótesis novedosa o nuevo objeto de
estudio tiene que pasar la prueba de rigor para ser aceptada.
(19) Se cree que aún falta un Newton de la sociedad y del
hombre que puede darle la madurez o "dureza" a las ciencias sociales
como la tienen las naturales. Sin embargo creemos que eso será algo muy
dificilísimo de lograr debido a la mulivariedad conductual humana tanto
individual como social. Pero claro, hay cosas básicas entre los individuos
humanos de cualquier región del mundo.
(20) V. Mandolini, G.: De
Freud a Fromm, Buenos Aires: Ciordia, 1969, p. 35-36.
(21) V. para mayores detalles Eysenck, H.J. y Wilson G.D.:
El estudio experimental de las teorías freudianas. Madrid: Alianza, 1980,
especialmente el epílogo, pp. 421-433.
(22) Tomado y abreviado de la introducción "The Nature
of Pseudoscience" de Hines, Terence: Pseudoscience
and the Paranormal. A Critical Examination of the Evidence, Amherst:
Prometheus Books, 1988.
(23) Así como los hombres pueden ser grandes mentirosos y
falsificadores pueden ser grandes crédulos y seguidores insensatos (hasta la
muerte).
(24) Normalmente los que pretenden tener un supuesto «poder
paranormal» o «conocimiento esotérico» privilegiado u oculto trafican con él a
diferencia del científico que es universal y que puede estar al alcance de la
gente a través de las publicaciones especializadas.
Revista del Comité para la Investigación de lo Paranormal, Seudocientífico e Irracional en el Perú (CIPSI-PERÚ),
publicada por Ediciones de Filosofía Aplicada (EFA)
con el apoyo de Humanistas Racionalistas del Perú (HURA-PERU)
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