EL MOVIMIENTO ESCÉPTICO EN MÉXICO
Mario Méndez-Acosta, ingeniero civil (Universidad Nacional Autónoma de México), periodista y presidente fundador de la
El escepticismo en México surge de la lectura, durante los años sesenta, por parte de un grupo de amigos, del libro de Martin Gardner, Fads and Fallacies in the Name of Science [Manías y falacias en nombre de la ciencia].
En 1982, trabajando yo para el programa Sabados del Trece
de TV, de Jorge Saldaña, en la ciudad de México, se presentó a un personaje
de apellido Altamirano, que presentaba a niños que supuestamente leían con los
dedos, al estar con los ojos vendados. Se demostró ahí que espiaban a través
del vendaje.
Un amigo, Carlos Calderón, mago de escenario e ingeniero,
nos comunicó con un ciudadano americano, Ralph McCombe Snader, que, en 1979
había organizado la sección mexicana de CSICOP. A través de ambos trajimos a
México a James Randi, quien examinó a los niños en una cámara de Gessel de la
Universidad Nacional Autónoma de México (Facultad de Psicología) que nos había
facilitado ahí el Dr. en Psicología Serafín Mercado.
Randi desenmascaró al charlatán y publicó un análisis en la
revista de esa escuela.
Snader me propuso que yo encabezara la sección mexicana de
CSICOP y empecé a viajar a las conferencias de esta organización en EE.UU.,
donde conocí entre otros, en 1984, a Paul Kurtz.
Kurtz propuso organizar una conferencia internacional en
1989, aceptamos, y decidimos crear una asociación civil que se llamaría
Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE). La conferencia se
celebró con éxito en 1989.
En la organización participaron además de este servidor,
Mauricio Schwarz, Víctor Vázquez, Carlos Calderón, Héctor Chavarría, Héctor
Escobar, Rafael Fernández Flores, Luis Ruiz Noguez, Juan Zuckerman y muchos
más. La organización publicó revistas de escepticismo en general y de ufología
escéptica durante más de diez años.
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