BREVE HISTORIA DE SKEPP:

EL CÍRCULO DE ESTUDIOS PARA LA EVALUACIÓN CRÍTICA DE LAS PSEUDOCIENCIAS Y DEL PARANORMAL 

Tim Trachet es Bach. en matemáticas y filosofía por la Vrije Universiteit Brussel, ex reportero en la Compañía Flamenca de Radio y Televisión (VRT), presidente fundador y honorario de SKEPP y vice-presidente del Consejo Europeo de Organizaciones Escépticas (ECSO).

El 9 de junio de 1990 se fundó en Bélgica la asociación SKEPP (Círculo de Estudios para la Evaluación Crítica de las Pseudociencias y del Paranormal). Formalmente SKEPP tuvo trece (¡sí!) miembros fundadores. De hecho, sólo doce de ellos firmaron el memorando de asociación ese día. El treciavo no apareció porque... a su casa le había caído un rayo.


El médico y profesor flamenco, ya difunto, Wim Betz (a la derecha) y su colega el británico-alemán Edzard Ernsten, ambos famosos escépticos de las terapias pseudomédicas en una conferencia europea en Londres, 2003.

¿Cómo se llegó a esto? Basándome en mi experiencia personal, diría… que fue culpa de Wernher von Braun. No porque el cohete que desarrolló este alemán causara bastantes bajas durante la Segunda Guerra Mundial, sino porque después de ese conflicto bélico, tal cohete propició un rápido desarrollo de los viajes espaciales, siendo el punto culminante indiscutible los vuelos tripulados a la luna. Esto llevó a un optimismo sin precedentes. Cuando el primer hombre aterrizó en la luna en 1969, los expertos predijeron que el primer hombre aterrizaría en Marte alrededor de 1980, al menos antes de finales de siglo. Todo parecía posible. Y si los humanos podían visitar otros planetas en un futuro previsible, a muchos les parecía obvio que también recibiríamos visitas ocasionales de extraterrestres. Los libros sobre ovnis y civilizaciones extraterrestres tuvieron una gran circulación. Autores como Erich von Däniken se abrieron paso con sus libros sobre la influencia de los extraterrestres en las culturas del pasado y la televisión se llenó de series como OVNI y Los Invasores, por no hablar de Viaje a las estrellas.

Los viajes espaciales también estimularon fuertemente el interés por la astronomía entre los jóvenes. La Asociación de Astronomía en Bélgica (VVS), fundada en 1944, vio una verdadera afluencia de jóvenes astrónomos aficionados, entre ellos el autor de este artículo. A través de la revista de la VVS no sólo recibieron información útil sobre astronomía, sino también algunas advertencias sobre las seudociencias. El editor en jefe señaló continuamente en la revista la “nueva superstición” acerca de los OVNIs y los extraterrestres. En realidad, dijo, no había OVNIs y, en cualquier caso, los astrónomos no vieron ningún OVNI. La mayoría de los OVNIs fueron reportados por observadores inexpertos que nunca habían oído hablar de un amanecer, nunca habían visto un meteoro brillante, no tenían idea de cómo era el planeta Venus o no sabían que la luna puede parecer muy grande cuando está baja en el horizonte. Los libros de von Däniken y otros estaban llenos de tonterías. Era un engaño, o al menos –la palabra ya se mencionaba entonces– una pseudociencia.

Al mismo tiempo, la revista arremetió contra otro tipo de disparates: la astrología. No es nada nuevo que los astrónomos consideraran completamente absurda esta predicción basada en la posición de los cuerpos celestes. Dos siglos antes, el astrónomo y político francés Bailly calificó a la astrología como “la mayor enfermedad que ha afectado a la razón humana”. La relativa marginalidad en la que se encontraba la astronomía durante bastante tiempo se rompió durante los dorados años sesenta gracias a los emergentes movimientos alternativos. Durante la década de 1970, el interés aumentó, especialmente en los medios de comunicación, y comenzó la explotación comercial del sector “alternativo”. Personas interesadas en la ciencia comenzaron a preocuparse cada vez más por las tonterías que surgían. Algunos miembros destacados de la VVS, hicieron declaraciones al respecto en ocasiones en la prensa.

En 1976, la revista estadounidense The Humanist publicó una declaración de más de un centenar de científicos y filósofos contra la astrología. Una copia del comunicado fue publicado en la revista de la VVS. Poco después, el filósofo Paul Kurtz, uno de los impulsores de la declaración, crearía el CSICOP, el actual Comité para la Investigación Escéptica (CSI) en los Estados Unidos.

Ese mismo año, un profesor creó un grupo de trabajo en el seno de la VVS para examinar críticamente las pseudociencias. Inmediatamente se unieron varios jóvenes (incluido el autor). El grupo Prometheus, como se llamó por razones obvias, llevaría a cabo un intenso trabajo de estudio durante más de diez años y al mismo tiempo informaría al público en general a través de artículos, folletos, conferencias y debates con “pseudos” (a veces también en televisión).

En los primeros años sólo se trataba de astrología, OVNIs y temas relacionados, como las teorías de von Däniken. A lo largo de la década de 1980, el grupo asumió cada vez más trabajo y se centró en pseudociencias distintas de aquellas que se consideraban dominios periféricos de la astronomía. Por ejemplo, la parapsicología y el creacionismo.

El CSICOP y su revista Skeptical Inquirer se habían hecho mundialmente famosos. Paul Kurtz y sus empleados visitaban regularmente Europa, organizaban reuniones y animaban a personas con ideas afines a unirse. Así se fundó en 1988 la Fundación Skepsis en los Países Bajos y poco después la GWUP en Alemania. Bélgica ya tenía una organización escéptica, ¡incluso la más antigua del mundo! Desde 1947 ya existía un Comité Belga para la Investigación Científica de Fenómenos Paranormales (conocido como “Comité Para”). Formalmente era una organización bilingüe (en Bélgica tiene dos idiomas oficiales: holandés – o flamenco – en el norte y francés en el sur del país). En la práctica, la mayoría de los miembros y todos los dirigentes del Comité Para eran francófonos.

El grupo Prometheus comenzó entonces a celebrar reuniones con otras personas interesadas y de mentalidad escéptica. Los contactos así establecidos dieron lugar a un grupo informal y más amplio, en el que también participaban psicólogos y médicos. La llegada de los médicos garantizó que ahora también se trataran los problemas médicos. Entre ellos se encontraba Wim Betz, profesor de medicina general en la Universidad de Bruselas que, como médico general, había sido testigo de la influencia perjudicial de la medicina alternativa en pacientes desesperados. Betz consideró seriamente la posibilidad de fundar una asociación contra la charlatanería, siguiendo el ejemplo holandés. Sin embargo, un grupo con sólo médicos escépticos habría sido muy limitado. Se creó entonces un grupo que se ocuparía de las pseudociencias en general.

¿Qué debería pasar ahora? En un principio se pensó en integrarse colectivamente al Comité Para, algunos de los cuales ya eran miembros. Pero el propio Comité Para finalmente pensó que sería mejor tener una asociación separada de lengua holandesa. La decisión estaba tomada. Pronto se aceptó el nombre SKEPP.

Skepp: científicamente aprobado

Gestionar la joven asociación al principio no fue una tarea fácil, sobre todo porque los recursos eran muy limitados. SKEPP vivió –y siempre vive – únicamente de las contribuciones de sus miembros. Afortunadamente, parece que muchas personas están dispuestas a contribuir generosamente a una asociación que, aparte de la revista y alguna que otra conferencia ocasional, tiene poco que ofrecer a sus miembros. Por lo tanto, los miembros entienden que SKEPP está ahí principalmente para lograr sus objetivos y que esto requiere dinero. No es mucho dinero, sobre todo porque todo el trabajo dentro de la asociación es puramente voluntario.

SKEPP ha ganado mucho apoyo y fama desde su fundación. El número de miembros ha aumentado ya a más de mil. Sin embargo, un gran número de miembros no es un objetivo en sí mismo. En lo que respecta a los colaboradores activos, SKEPP todavía tiene escasez de personal. Especialmente nos faltan “expertos”, personas que tengan el coraje y la competencia para estudiar expedientes extraños y controvertidos. Esto puede deberse a que el número de científicos y académicos dentro del SKEPP no ha aumentado tanto como el número total de miembros.

Si comparamos los textos que SKEPP ha publicado a través de su revista y sitio web, vemos la importancia que han tenido los temas médicos en veinte años de funcionamiento. En primer lugar, todo lo relacionado con la medicina alternativa, en la que Wim Betz – lamentablemente fallecido – se ha convertido en una autoridad intenacional. Pero tampoco han escapado a nuestra atención todo tipo de afirmaciones sobre la salud, como los supuestos peligros de la vacunación y la radiación de los teléfonos móviles. Se presta una atención sorprendente a prácticas psicológicas controvertidas, como el psicoanálisis y los métodos modernos de recursos humanos.

Revista Wonder en is gheen Wonder [Maravilla y no es maravilla] 2022 

Revista Skepp 2023

El creacionismo también recibió considerable atención. Bélgica tiene relativamente pocos opositores a la teoría de la evolución, pero ellos son numerosos entre la población musulmana. Por otro lado, se presta menos atención a la parapsicología y al ocultismo de lo que inicialmente se podría haber pensado. La investigación de lo paranormal se limitó a unas pruebas dirigidas por Marc Braem a clarividentes, astrólogos y viajeros astrales. Esto rara vez ha sucedido en los últimos años. Los “psíquicos” no siempre están entusiasmados con la idea de que los escépticos los pongan a prueba, aunque pueden ganar un gran premio en efectivo si la prueba es positiva. En los últimos años se ha prestado mucha atención a las teorías de conspiración y a las opiniones extrañas difundidas en Internet. ¿Cómo podría ser de otra manera?

Finalmente, la presencia de bastantes filósofos en nuestra asociación se ha traducido en numerosos conferencias y artículos con reflexiones filosóficas, quizás más que en otras asociaciones comparables.

Lo más destacado en el ámbito mediático fueron nuestras acciones en torno a un proyecto de ley (1998-1999) que pretendía implementar determinadas medicinas alternativas. Wim Betz criticó duramente y de manera sustancial este proposición del ministro belga de salud. Por otra parte, un ataque de este ministro sobre la supuesta parcialidad de los científicos hacia su proyecto de ley fue respondido con una carta abierta en la prensa. Esto dio lugar a un amargo debate televisivo con el ministro.  Todo ello ha contribuido a que el procedimiento de reconocimiento previsto en la ley se haya endurecido hasta tal punto que todavía no hay reconocimiento más de veinte años después de su aprobación...

Este fue quizás nuestro "mejor momento", junto con la "acción suicida colectiva", en la que miembros y simpatizantes del SKEPP tomaron medicamentos homeopáticos en masa frente a las cámaras, por supuesto sin la menor consecuencia. Un suceso que se convirtió en el primer punto de las noticias de la televisión. Esta "acción suicida" fue adoptada posteriormente por otras sociedades escépticas de todo el mundo.

"Acción suicida colectiva" en la que partidarios de Skepp ingirieron masivamente un remedio homeopático con arsénico y veneno de serpiente pero extremadamente diluidos: diez veces en agua treinta veces seguidas, en Bruselas, 2011.

SKEPP también ha intervenido discretamente en ocasiones para que los medios serios, como la radio y televisión pública, dejen de prestar atención acrítica a este tipo de tonterías. A menudo con resultados favorables.

El mero hecho de que existamos es positivo: la gente nos conoce. Nuestro sitio web es muy consultado. Los periodistas saben a dónde acudir para obtener una respuesta crítica ante alguna noticia extraña. Los estudiantes nos piden ayuda para completar un proyecto final. Las víctimas de los charlatanes, a veces desesperadamente, nos piden consejo.

En resumen, podemos decir de SKEPP lo que Voltaire dijo de Dios: si no existiera, habría que inventarlo. Aunque... realmente esperamos poder abolirlo lo más rápido posible, si resultara que ya no es más  necesario. Desafortunadamente, eso no sucederá pronto, tal vez nunca. Pero mientras la sociedad se vea perjudicada por las tonterías y el engaño, será necesaria la gente que los denuncie. Todavía queda mucho trabajo por hacer.

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