miércoles, 13 de septiembre de 2023

PASADO Y PRESENTE DE ARP-SAPC:

LA SOCIEDAD PARA EL AVANCE DEL PENSAMIENTO CRÍTICO


Juan A. Rodríguez
Secretario de ARP-SAPC y director de la revista El Escéptico.
 

A finales de los años setenta, España vivía una ebullición de asuntos tales como la parapsicología, la ufología y las llamadas por entonces «ciencias ocultas», signo de unos nuevos tiempos tras el fin de la dictadura franquista, donde estas actividades no eran bien recibidas por ser contrarias a la fe católica vertebradora del régimen. Eran muchos los aficionados a ellas y casi todo el mundo las consideraba temas serios, dado que ocupaban espacios de máxima audiencia en los medios de comunicación, en especial en las franjas dedicadas a programas de entretenimiento.

No obstante, al menos en el caso de la ufología, un grupo de adeptos comenzó a plantearse la veracidad del asunto, dado que, a pesar del tiempo y los esfuerzos dedicados a cientos de investigaciones, jamás encontraban algo que no tuviera una explicación racional. Incluso vieron lo fácil que era engañar a los crédulos con unos montajes tremendamente burdos. Nació así la Alternativa Racional para la Investigación del Fenómeno Ovni (ARIFO), que duró cerca de un lustro, hasta que vieron que la ufología era poco más que un mito social, y comenzaron a buscar otras áreas de interés, como la telepatía, la telequinesia, el espiritismo o la astrología. También empezaron de manera más intensa los contactos con colectivos y personalidades internacionales, como Paul Kurtz y el CSICOP, la Unión Racionalista francesa y Henri Broch, así como con el filósofo Mario Bunge. Había llegado el momento, allá por 1986-1987, de fundar la Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP).

Con ARP comenzó una labor quizá más seria, con intervenciones más o menos frecuentes en los medios de comunicación y ambientes académicos intentando rebatir y dar explicaciones racionales a cuanto fenómeno mal explicado pretendía hacerse pasar por inexplicable, organizando conferencias y cursos, y editando la publicación pionera del escepticismo español: La Alternativa Racional. Esta era un compendio de textos propios, recortes de prensa y poco más, un fanzine fotocopiado y grapado a mano, con una distribución muy limitada.

Ya en los años noventa se dio un nuevo paso: la crítica a las pseudociencias no era suficiente, sino que era necesario extender el escepticismo científico a muchas más áreas. De ahí surgió la denominación actual: Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC), donde ese ARP ha quedado como recuerdo nostálgico de su anterior nombre, aunque sin un significado concreto. Según reza en sus estatutos, los objetivos son:  impulsar el desarrollo de la ciencia, el pensamiento crítico, la educación científica, el laicismo y el uso de la razón; promover la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, y divulgar la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad científica y el público en general.

Desde entonces, el único cambio significativo ha sido añadir, en 2013, la promoción del laicismo como uno de sus objetivos. Cabe señalar que, al menos en España, el movimiento escéptico no se ha caracterizado nunca por hacer demasiado hincapié en criticar las ideas de tipo religioso —siempre que no se intenten hacer pasar como iguales al conocimiento científico—, quizá porque en una Europa tan secularizada como es la actual la religión ha ido quedando cada vez más restringida al ámbito de las creencias personales y la libertad de conciencia, sin una incidencia social tan profunda como antaño.

Un hito importante en esta andadura fue la salida, en 1998, del primer número de la revista El Escéptico, ya en imprenta y con aspecto más profesional, de la que actualmente se llevan editados 58 números y sigue viva con una tirada que ronda los mil ejemplares, todos ellos disponibles en nuestra web en formato PDF.

Echando un vistazo a la misma, se puede notar cómo ha ido cambiando nuestro foco de atención. En los primeros números se recogían trabajos dedicados por ejemplo a la videncia, los extraterrestres, la criptozoología, la sábana santa o las interpretaciones esotéricas de la Biblia o la Torá. Son casi todos ellos temas que han quedado bastante olvidados, desplazados por todo lo relativo a las pseudociencias asociadas a la salud, algo que hace apenas unas décadas apenas existía, aparte de algún folclórico curandero de pueblo que era utilizado en general tan solo por personas con pocos recursos y escasa cultura. También está ocupando nuestra labor todo lo relacionado con los nuevos movimientos sectarios, las pedagogías pseudocientíficas o las teorías conspirativas (movimientos antivacunas, antiantenas de telefonía, negacionismo del cambio climático…), así como la manipulación de la historia, en especial con motivaciones políticas. Todo ello en colaboración con otros colectivos que han ido surgiendo en los últimos años, como el Círculo Escéptico, la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) o RedUNE (Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad).

Aunque entendemos que nuestra labor sigue siendo necesaria, por lo que no cabe entre nuestros planes disolvernos, la divulgación de la ciencia está viviendo una época dorada en España con considerable eco en los medios, aunque sea en páginas un poco escondidas o en horarios difíciles en el caso de la radio y la televisión. Un jalón fundamental en ello ha sido sin duda la pandemia de covid, que ha requerido aclarar muchas dudas y combatir mucha desinformación. También hemos de señalar el cambio de mentalidad que se está dando en el mundo académico y profesional, tradicionalmente al margen de estos asuntos, quizá por minusvalorar su importancia, y que se está traduciendo en iniciativas concretas, como es el observatorio de pseudoterapias y sectas sanitarias de la Organización Médica Colegial o el plan CoNprueba del Gobierno de España.

La pseudociencia, aunque no ha desaparecido, ni mucho menos, va quedando relegada a las redes sociales, donde sigue ganando por goleada: conseguir unos cientos de visitas en nuestro canal de YouTube lo consideramos un éxito, mientras que cualquier gurú consigue que sus disparates sean seguidos por cientos de miles de personas. Y otro aspecto que no terminamos de solucionar es el de la brecha de género en el movimiento escéptico, tradicionalmente copado por varones. En ARP-SAPC, menos de un 20 % de nuestros miembros son mujeres. Sin embargo, las pseudociencias, en especial las asociadas con la salud o el misticismo New Age, son seguidas por mujeres en su inmensa mayoría, si bien sus líderes y manipuladores son mayoritariamente hombres.

Toda la información relativa a ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico se puede consultar en la web www.escepticos.es

LOS PAÍSES BAJOS:

LA FUNDACIÓN SKEPSIS

Jan Willem Nienhuys
Miembro del Consejo de Administración y Secretario de Stichting Skepsis, 
y Director de su revista Skepter
(Foto de Wikipedia)




Skepsis es una organización holandesa creada a finales de 1987. Su primer presidente fue el astrónomo Cornelis de Jager (hasta 1997). Sus principales actividades son la publicación de una revista trimestral, Skepter, y la organización de una conferencia anual. Skepsis también mantiene un sitio web que contiene sobre todo artículos publicados en la revista. 
Skepter llega a unos 2.800 suscriptores en un país con 17 millones de habitantes (es decir, más per cápita que The Skeptical Inquirer).




Skepsis ha intentado que los creyentes en lo paranormal participen en pruebas, y la mejor de ellas fue una prueba de astrología: más de 40 astrólogos experimentados intentaron hacer coincidir los datos de nacimiento de siete personas con extensos archivos con respuestas a muchas preguntas planteadas por los propios astrólogos. La media esperada de coincidencias era de 1 y había una probabilidad de 1 entre 5040 de acertar todo. Nadie acertó todo y la media de aciertos fue de 0,75. El resultado no se distinguía de la situación en la que todos los participantes hubieran utilizado dados.  Nos hubiera gustado hacer más pruebas, y una vez pareció que los homeópatas estaban dispuestos a aceptar el reto, pero luego se retiraron.
Después de que Skepsis dedicara parte de una conferencia internacional (1991) a debatir las afirmaciones astrológicas de Gauquelin, me interesé por este asunto y colaboré en la publicación de un libro sobre una prueba francesa del llamado Efecto Marte y descubrí un sesgo hasta entonces desconocido en los datos de Gauquelin, a saber, el tratamiento selectivo de datos erróneos.
Junto con otro miembro de la junta, Marcel Hulspas, escribí una Enciclopedia Holandesa de la Pseudociencia en 1997, de la que se hicieron cinco ediciones. Ahora está en formato pdf en el sitio web de Skepsis.
El número de lectores de la revista aumentó lentamente hasta llegar a unos 2.800 en 2023. Esto debe verse en la perspectiva de la existencia de la Asociación contra el Curanderismo (unos 1800 miembros, establecida en 1881) que se ocupa principalmente de la pseudociencia médica y el fraude. Junto con esta organización, Skepsis tiene un stand en una "Feria de la Salud" anual.
Skepsis intenta distanciarse de las cuestiones religiosas. Para los holandeses interesados en el ateísmo, existe una asociación separada (creada en 1856) que hoy en día se llama De Vrije Gedachte (que significa El Libre Pensamiento).
Justo antes de que se creara Skepsis, un sondeo de opinión mostró que en los Países Bajos bastantes personas (entre el 30% y el 40%) creían en cosas como la grafología, la clarividencia, la curación paranormal, la radiestesia y la telepatía. La creencia en una veintena de otros temas también era considerable. Recientemente Skepsis encargó una nueva encuesta, y para la mayoría de estos temas la creencia se redujo casi a la mitad. Lo único que parecía haber aumentado es la creencia en entidades "invisibles" como fantasmas, ángeles y extraterrestres.
Un riesgo para organizaciones como Skepsis es que incurran en grandes costes por difamación y/o demandas por calumnias. Esencialmente, esto sólo ha ocurrido una vez con Skepsis: un rico estadounidense demandó a un miembro de la junta de Skepsis por burlarse (en su blog personal) de la invención del rico de un telescopio con lentes negativas para observar antiluces, y luego también al presidente de Skepsis porque sospechaba que el citado presidente era miembro de una conspiración internacional dedicada a suprimir las teorías de ese rico. En realidad, el presidente desconocía por completo a esta persona. Finalmente el caso contra nuestro presidente fue retirado, y el otro caso se resolvió.
Cuando se fundó Skepsis prestamos mucha atención a la parapsicología y a la pseudociencia, por ejemplo al apoyo pseudocientífico al racismo. Hoy en día los artículos de la revista tratan más sobre la mala ciencia. Otro cambio es que hoy en día la mayoría de los autores de la revista son periodistas científicos profesionales y la revista paga honorarios estándar a sus autores. Esto ha mejorado la calidad de la revista. 
En Bélgica, algo más de la mitad de la población habla neerlandés. Esperábamos convertirnos en una organización neerlandesa-belga. Sin embargo, los famosos charlatanes holandeses son desconocidos en Bélgica y viceversa. También los famosos activistas contra la charlatanería y la superstición son desconocidos al otro lado de la frontera.
Lo mismo ocurre al otro lado de la frontera lingüística en Bélgica. Así que los contenidos de la revista holandesa no atraían a los lectores belgas y, al cabo de un tiempo, los escépticos flamencos crearon su propia organización con su propia revista.

(Traducción del inglés de THE NETHERLANDS –  SKEPSIS por Deepl.com y revisada por Manuel A. Paz y Miño)


EN BUSCA DE RELEVANCIA:

HISTORIA Y ACTIVIDADES DE LOS ESCÉPTICOS AUSTRALIANOS

Tim Mendham
Director Ejecutivo, Editor y miembro vitalicio de Australian Skeptics


Hay dos escuelas de escépticos: los investigadores y los activistas. Los primeros se dedican a investigar las creencias pseudocientíficas y paranormales, al igual que hicieron las organizaciones de investigación psíquica del siglo XIX, y mediante la publicación de los resultados esperan promover un mayor pensamiento crítico en la comunidad. Las segundas (como su nombre indica) hacen campaña para contrarrestar a los promotores de peligrosas pseudociencias mediante protestas, legislación y grupos de presión, y esperan minimizar (si no erradicar) su influencia sobre el público.
El movimiento escéptico en Australia abarca ambas escuelas, con una visión primordial de "una sociedad que toma decisiones basándose en la evidencia, la razón y el pensamiento crítico".
Hemos emprendido campañas contra algunos de los temas clave que afectan a los grupos escépticos de todo el mundo -antivacunas, curas de charlatanes, estafas psíquicas-, así como contra algunas de las áreas escépticas clásicas, como los ovnis, los fantasmas y los animales desconocidos (tenemos nuestra propia versión de Bigfoot, conocida como Yowie).
Es importante señalar que, aunque este artículo trata principalmente de las actividades de las organizaciones escépticas formales de Australia, toda esta actividad se basa en individuos, ya sean miembros de comités, organizaciones escépticas o personas preocupadas que trabajan por su cuenta para contrarrestar la desinformación. Todos ellos han contribuido, con o sin la visión general o la participación de Australian Skeptics.



La organización
Australian Skeptics (AS) se fundó en 1980, cuando James Randi, entonces investigador principal del Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal (CSICOP, ahora conocido como Committee for Skeptical Inquiry), con sede en Estados Unidos, visitó Australia para investigar la adivinación [detección] del agua [por radiestesia]. Esta investigación fue patrocinada por el empresario australiano Dick Smith.
Para estas pruebas, Dick y otros recaudaron un premio de 50.000 dólares. Desde entonces, esa cantidad ha aumentado hasta los 100.000 dólares y es la base del desafío de los escépticos a cualquiera que afirme tener poderes psíquicos o paranormales para que demuestre su capacidad en condiciones de observación adecuadas.
La visita de Randi despertó un gran interés, sobre todo entre quienes deseaban continuar el impulso creando una organización que investigara las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas y actuara como fuente central de información para el público y los medios de comunicación.

James Randi en Australia (1980) experimentando con varilla L usada en la radiestesia.

En consecuencia, se fundó Australian Skeptics en Melbourne, Victoria, y comenzó a publicar una revista trimestral llamada The Skeptic a partir de 1981. Es, por tanto, el segundo grupo escéptico en lengua inglesa más antiguo del mundo, con la segunda revista en ese idioma más antigua. Dick Smith se convirtió en mecenas del grupo y sigue siéndolo en la actualidad.
Pronto se crearon grupos en otros estados y territorios, todos compartiendo los mismos objetivos de promover el escepticismo en Australia, con el grupo de Victoria funcionando en teoría como sede nacional.
La primera Convención Nacional de Escépticos de Australia, ahora conocida como Skepticon, se celebró en Sídney en 1985, y desde entonces se ha celebrado una reunión en alguna ciudad australiana cada año, todo un récord para cualquier organización escéptica. El Skepticon 2023 -el 39º de la serie- se celebrará en Melbourne.
Con los cambios en el comité de Melbourne, en 1986 trasladamos nuestra sede de Melbourne a Sídney como Australian Skeptics Inc (ASI); la producción de la revista The Skeptic se transfirió a ASI en 1987.
ASI se encarga de coordinar varios premios y las convenciones nacionales anuales, el desafío de los 100.000 dólares, así como la revista, un boletín informativo, y es el principal foco de atención para los medios de comunicación y el público (aunque también hay grupos locales activos en estas áreas).
También se han creado varios grupos regionales, muchos de ellos basados en el modelo Skeptics in the Pub de reuniones informales mensuales.
ASI se financia mediante suscripciones a la revista, donaciones y legados.



Medios de comunicación
A lo largo de los años, Australian Skeptics ha desarrollado su actividad en una amplia gama de ámbitos.
La revista cumple ahora 43 años, con cuatro números publicados anualmente. El primer número fue un curioso formato tabloide de 4 páginas; desde entonces, ha aparecido en tamaño A4 y desde 2010 también en formato digital. En ese tiempo, hemos publicado miles de artículos y notas sobre una amplia gama de temas. Los compendios de artículos y notas de los diez primeros años de The Skeptic se publicaron primero en papel y después en formato CD-ROM. Ahora se ha digitalizado todo el catálogo anterior, incluidos los suplementos, y se ha publicado en línea para su descarga gratuita (excepto los cuatro números más recientes); creemos que se trata de una primicia entre las organizaciones escépticas.
Desde junio de 2016 también contamos con un boletín quincenal.
A lo largo de los años, se han publicado varios libros, incluyendo una serie de artículos que refutan afirmaciones creacionistas clave y un libro que muestra cómo se realizaron los trucos de Uri Geller para doblar cucharas.
ASI tiene un sitio web desde 1996 y, con el nombramiento de un responsable de medios sociales, estamos evaluando varias plataformas para llegar al público. 
A lo largo de los años, los escépticos han aparecido con regularidad en los medios de comunicación y han participado en campañas públicas, algunas dirigidas a cuestiones específicas (por ejemplo, un vidente visitante o un antivacunas) y otras de apoyo más general a cuestiones amplias. 
También se ha ejercido una presión significativa sobre políticos y organizaciones, caso por caso.

Premio "La Cuchara Doblada"


Premios, subvenciones y campañas
Desde sus inicios, AS ha apoyado la actividad individual y organizativa con premios y subvenciones.
Actualmente los premios son: Escéptico del Año; un premio a la Promoción de la Razón; y un premio al periodismo escéptico - los dos últimos premios incluyen 2.000 dólares para el ganador o para una organización benéfica o causa de su elección.
Por supuesto, desde 1982 existe el menos deseable premio "La Cuchara Doblada", que se concede al " causante de la pieza más absurda de charlatanería paranormal o pseudocientífica".
En 1995 recibimos un importante legado y con estos fondos creamos la Fundación Australiana de Escépticos para la Ciencia y la Educación (ASSEF) y creamos el puesto remunerado de director ejecutivo. Durante la mayor parte de nuestra existencia hemos concedido subvenciones para diversas actividades de orientación escéptica y científica, como premios a estudiantes de ciencias de enseñanza secundaria, investigación sobre proyectos escépticos y actividades de grupos estatales y locales. Entre ellos figuran asociaciones de profesores de ciencias, museos locales y nacionales, centros de investigación y grupos de activistas.
En el lado más proactivo de la actividad escéptica, la comunidad escéptica, ASI y varios grupos e individuos escépticos han sido muy activos -y han tenido mucho éxito- en una serie de campañas. Algunas de ellas son:
- Una campaña contra la enseñanza del creacionismo en las clases de ciencias que consiguió que las organizaciones creacionistas se retiraran (o fueran retiradas) de dicha actividad de propaganda.
- Un importante estudio sobre la enseñanza de pseudociencia y pseudomedicina en las universidades australianas. Varias universidades retiraron o redujeron su apoyo a este tipo de cursos.
- Un importante estudio sobre la cobertura de la medicina alternativa por parte de los seguros médicos australianos.
- Una campaña mediática contra las pulseras de equilibrio energético de origen pseudocientífico, que acabó con la quiebra del distribuidor local.
- La creación de fondos de defensa legal para varios escépticos tanto en Australia como en el extranjero, como Britt Hermes en su batalla legal en Alemania contra un naturópata estadounidense.
- Una gran campaña contra el principal grupo antivacunas de Australia.

Un proyecto que ha tenido gran repercusión mediática en Australia y en el extranjero ha sido un importante estudio sobre las predicciones psíquicas en Australia: el Gran Proyecto Australiano de Predicciones Psíquicas (véase The Skeptic, diciembre de 2021). Durante doce años, este proyecto evaluó más de 3.000 predicciones realizadas por más de 200 "psíquicos" a lo largo de un periodo de 20 años. Puso de relieve el espantoso historial de tales predicciones y subrayó las falsas afirmaciones de éxito hechas por los autoproclamados psíquicos.
Una de las actividades de divulgación más destacadas de Australian Skeptics es el desafío de 100.000 dólares a quien pueda demostrar una habilidad paranormal o "extraordinaria" en condiciones científicas estrictas. Recibimos aproximadamente una solicitud a la semana de personas con habilidades tan variadas como la telequinesia (una de las más comunes es hacer girar un trozo de papel de aluminio sobre la punta de una aguja), la proyección del pensamiento y la telepatía en general, la quiromancia, el diagnóstico de salud a distancia, la adivinación de los números de la lotería y, por supuesto, la radiestesia (una actividad muy popular en un continente seco como Australia). También ha habido habilidades muy extrañas, como enamorar a alguien, mover las nubes o girar sobre sí mismo.
A lo largo de los años, unos 200 aspirantes se han sometido a una prueba preliminar para demostrar que realmente poseen una habilidad (dicha prueba es el preámbulo de una prueba completa bajo condiciones estrictas). La mayoría eran adivinadores [detectores] de agua o metales. Hasta la fecha, nadie ha superado esta primera fase de la prueba, ya que no se ha demostrado ninguna habilidad concreta.

Nuestro rol
Este perfil bastante extenso de la actividad escéptica en Australia indica que existe una amplia y larga historia de actividad proactiva, reactiva y activista que ha tenido resultados mensurables a través de campañas y un impacto considerable en la difusión de información relevante y fiable. 
Obviamente, nos hemos beneficiado económicamente de una serie de generosos legados que nos han permitido emprender muchas actividades, apoyar a otros grupos y nombrar a un responsable ejecutivo y a un gestor de redes sociales. Pero estos legados se han inspirado en nuestras actividades y en nuestro papel de alto nivel: sin ese activismo nunca habríamos fomentado tal apoyo. 
Cuando Australian Skeptics comenzó su andadura hace más de 40 años, se consideraba una novedad. Al fin y al cabo, los ovnis y las criaturas desconocidas apenas representaban una amenaza seria, por lo que cualquiera que defendiera la verdad debía de ser un puñado de excéntricos detractores y aguafiestas.
Cuando nos damos cuenta de que la desinformación puede desempeñar un papel mucho más pérfido en los males sociales y personales, el papel de grupos como Australian Skeptics se hace más apremiante y se toma mucho más en serio. Los entrevistadores ya no dicen: "¿Pero los escépticos creen en sí mismos?", y aunque sigue existiendo el porcentaje justo de actividad mediática en la que los productores pueden decir "sólo queremos divertirnos con esto" y "¿es el viernes 13 realmente un problema?", hay tantos -si no más- que buscan la opinión y la evaluación de los escépticos sobre amenazas reales que tienen consecuencias reales y a veces trágicas en términos económicos y de salud.

(Traducción del inglés de IN SEARCH OF RELEVANCE: HISTORY AND ACTIVITIES OF THE AUSTRALIAN SKEPTICS por Deepl.com y revisada por Manuel A. Paz y Miño)


lunes, 4 de septiembre de 2023

BREVE HISTORIA DEL CIPSI-PERÚ:

EL PRIMER GRUPO ESCÉPTICO PERUANO

Manuel Abraham Paz y Miño
Director fundador de CIPSI-Perú y de Neo-Skepsis
(Foto tomada y editada por Tom Flynn, c. 2000)

A principios de 1990s hojeando una revista de habla inglesa –no recuerdo si fue Nature New Scientist—vi un aviso sobre The Skeptical Inquirer así que les pedí un número de muestra. Fue de ese modo que me contacté vía epistolar con el filósofo Paul Kurtz (EEUU), presidente de la organización que la publicaba, el Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones sobre lo Paranormal (CSICOP abreviado en inglés) llamado ahora Comité para la Investigación Escéptica (CSI).

Debido a nuestro interés en el escepticismo y el secularismo se nos invitó al 13º Congreso Humanista Mundial (coorganizado por la Unión Internacional Humanista y Ética, ahora llamada Humanists International) en Ciudad de México en 1996 donde conocimos en persona a Kurtz y a otros escépticos y humanistas seculares.

Un tiempo después, nuestro trabajo de difusión del escepticismo empezó a través de la fundación del Comité para la Investigación de lo Paranormal, Pseudociencias e Irracionalidad en el Perú (CIPSI-Perú), con académicos de diversas disciplinas, en 1998, y su publicación periódica Neo-Skepsis (“Nuevo escepticismo” en griego), revista crítico-racionalista con 15 números ya publicados, 4 impresos y 11 digitales, y que actualmente cuenta con el apoyo del Instituto Humanista Racionalista del Perú (IHURA-PERU).

Neo-Skepsis publica artículos inéditos y traducidos de autores de distintas partes del mundo. Ha tenido en su comité editorial honorífico a destacados escépticos como: Mario Bunge (1919-2020), Tom Flynn (1955-2021), Paul Kurtz (1925-2012) y James Randi (1928-2020). 

Números impresos publicados:


En Facebook hemos abierto una página de CIPSI-Perú, y la de Escépticos Peruanos con su grupo de discusión (1).

A través de Ediciones de Filosofía Aplicada (EFA), nuestra editorial librepensadora iniciada en 1994, con más de 50 libros publicados a la fecha, hemos lanzado algunos títulos escépticos (2), además de seculares, filosóficos, etc.


En 2006 organizamos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, el II Congreso Iberoamericano de Pensamiento Crítico y, entre 2011 y 2016, 4 seminarios sobre ciencia, pseudociencias y terapias pseudocientíficas, así como también realizamos periódicamente otros seminarios y actividades, como charlas y debates, dentro y fuera de esa casa de estudios.

Paul Kurtz en el  II Congreso Iberoamericano de Pensamiento Crítico en Lima, 2006 
(Foto de archives.centerforinquiry.org)

Cabe agregar que contamos con un canal de Youtube llamado Filosofía Aplicada TV donde se pueden ver nuestras actividades: charlas, debates, seminarios, entrevistas, documentales, micro programas críticos de las afirmaciones sobrenaturalistas y paranormalistas (3).


Por nuestro trabajo de divulgación de puntos de vista humanistas, racionalistas y escépticos, Kurtz nos nombró CFI-Perú, una de las filiales que tiene alrededor del mundo el Center for Inquiry (CFI), la institución que fundó junto al Committee for Skeptical Inquiry (CSI).

Manuel A. Paz y Miño, director de CFI-Perú, en demostración pública, organizada por el Center for Inquiry (en Amherst, Nueva York, USA) de que caminar sobre carbones encendidos no es necesariamente dañino ni mucho menos sobrehumano.

Y también enseñamos, cuando es posible, a alumnos universitarios esa clase de críticas en nuestro país de añeja tradición sincrética andino-católica dónde, sobre todo en las provincias de la sierra e incluso en sus universidades, aún se rinde culto a las fuerzas naturales, especialmente a los cerros, la tierra y el agua, con padrenuestros y avemarías.

Por supuesto que hay divulgadores peruanos de la ciencia (Darwiniana, Dr. Trónico, el Robot de Platón, etc.), noticieros científicos (Robotitus, Salud con lupa) y noticieros en general (Ojo público) que también cuestionan las afirmaciones pseudocientíficas sobre todo en las redes sociales. Y aquí, en el Perú, como en muchas otras partes del mundo, se publican muchas noticias tendenciosas, revistas y libros e incluso se transmiten programas radiales y de TV que promueven ese tipo de creencias paranormales (4).

NOTAS
(1)  También hay en Facebook otro grupo escéptico independiente de los nuestros: Perú Escéptico. 
(2)  La Sociedad Secular y Humanista del Perú (SSH), una organización aparte de las nuestras, ha publicado el libro El mundo invisible. Ensayos con pensamiento crítico (2020) por los biólogos H. Aponte y D. Barona y el psicólogo V. García-Belaunde donde explican la evolución biológica, las supuestas visitas de extraterrestres y apariciones fantasmales, así como el terraplanismo, entre otros temas. 
(3) Otros canales escépticos fueron:  "La manzana escéptica" (2016-2021) de V. García-Belaúnde y "Para Normales de la Noche" (2011-2022) del comunicador A. Landacay (llamado primero "Escépticos en la radio" y transmitido por la señal abierta y de internet de una emisora de Lima, y donde fui uno de los primeros co-anfitriones), así como el podcast "Guía Escéptica" (2015-2017) de la entonces estudiante universitaria A. Austral.
(4) Para más información véase “Las afirmaciones “paranormales” y pseudocientíficas en los medios de comunicación peruanos”: http://neo-skepsis.blogspot.com/2021/09/las-afirmaciones-paranormales-y.html. Además, hay video anterior en inglés, con subtítulos en castellano, del mismo tópico en: https://www.youtube.com/watch?v=-h1o2avwnbQ

Ir a NEO-SKEPSIS # 15: ESCEPTICISMO EN EL MUNDO (I)

HISTORIA DEL CSICOP

(COMITÉ PARA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DE LAS AFIRMACIONES SOBRE LO PARANORMAL): 
LOS PRIMEROS 20 AÑOS: 1976-1996


Kendrick Frazier (1942–2022), 
Director de The Skeptical Inquirer (1978-2022)
(Foto de Wikipedia)

El Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones sobre lo Paranormal, más conocido por su acrónimo en inglés CSICOP, es una organización independiente sin ánimo de lucro que evalúa las afirmaciones sobre lo paranormal y las ciencias marginales desde un punto de vista científico e intenta proporcionar al público y a los estudiosos información científicamente fiable sobre ellas. También fomenta la apreciación del pensamiento científico y la aplicación de la ciencia y la razón a cuestiones públicas importantes.

Lo hace principalmente a través de su revista internacional Skeptical Inquirer y sus congresos académicos anuales. Ambos abordan una amplia gama de afirmaciones y cuestiones sobre lo paranormal. En los últimos años, el CSICOP también ha patrocinado una serie de talleres por todo Estados Unidos que ofrecen lecciones sobre pensamiento crítico y técnicas para evaluar las afirmaciones paranormales. Publica un boletín, Skeptical Briefs. Y constituye un importante recurso para los medios de comunicación que buscan una perspectiva científica sobre afirmaciones y cuestiones relacionadas con lo paranormal, las ciencias marginales y las pseudociencias.

El CSICOP estuvo presidido desde su creación en 1976 por Paul Kurtz, profesor de filosofía (ahora emérito) de la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo. Está situado frente al campus de Amherst, N.Y., de dicha universidad.


En los años transcurridos desde entonces, ha sido una fuerza muy visible y, en ocasiones, franca para cuestionar e investigar afirmaciones no examinadas sobre asuntos supuestamente paranormales. Ha publicado miles de páginas de críticas a las afirmaciones. Ha criticado duramente a quienes las propagan de forma acrítica. Ha fomentado y publicado debates sobre las cuestiones filosóficas, psicológicas, sociales, culturales y educativas que giran en torno a la creencia generalizada en lo paranormal y la fácil aceptación de afirmaciones paranormales y de ciencias extraoficiales. Ha intentado fomentar la comprensión de que la ciencia implica los métodos más creativos e inteligentes para descubrir nuevos hechos sobre la naturaleza y una apertura a todas las ideas nuevas, sometiéndolas al mismo tiempo al examen y la crítica más estrictos antes de que puedan recibir una aceptación siquiera tentativa. Ha pedido a los medios de comunicación que sean más equilibrados en su cobertura de los temas paranormales, y ha honrado y premiado a los académicos y periodistas que, a su juicio, han tratado estos temas de forma justa, científica y responsable. También se ha visto envuelto en varias polémicas importantes y al menos en una larga batalla legal. Y el propio CSICOP ha sido objeto de críticas casi continuas tanto por parte de los defensores de lo paranormal como de otros que, en desacuerdo o de acuerdo con sus objetivos, han considerado que sus métodos o tácticas no eran de su agrado.

Las afirmaciones evaluadas han ido desde las afirmaciones personales de autoproclamados "psíquicos" de que tienen increíbles poderes de clarividencia, psicoquinesis o precognición hasta las afirmaciones más cautelosas de pruebas estadísticas de laboratorio de percepción extrasensorial presentadas por parapsicólogos experimentales; desde la astrología en su forma popular más simple (horóscopos de los periódicos) hasta sus manifestaciones más arcanas y técnicamente adaptadas de la era informática; todo tipo de otras supuestas adivinaciones, como la lectura de la mano, la lectura del aura y la iridología; desde afirmaciones de que los ovnis son naves extraterrestres que visitan la Tierra en grandes cantidades (sin que lo sepan los astrónomos que hasta ahora han buscado en vano pruebas de inteligencia extraterrestre) hasta obsesiones más recientes en las que los alienígenas supuestamente capturan por millones a ciudadanos desprevenidos y los examinan médica y sexualmente); la idea de que las experiencias cercanas a la muerte y fuera del cuerpo son pruebas de un literal viaje al más allá o del alma; afirmaciones pseudoantropológicas como la de que los "antiguos astronautas" trajeron a los habitantes del Nuevo Mundo los conocimientos necesarios para construir pirámides mesoamericanas, y afirmaciones sobre grandes criaturas aún por descubrir, como Pie Grande y el monstruo del Lago Ness, algunos de cuyos defensores ofrecen hipótesis paranormales sobre por qué aún no se ha demostrado que existan.

Las afirmaciones examinadas también han incluido temas cuyo contenido es sólo parcialmente paranormal, pero que plantean problemas públicos urgentes. Entre ellos se incluyen el uso de la grafología y la poligrafía para seleccionar a los solicitantes de empleo; los intentos de los creacionistas de disfrazar las interpretaciones literales de las escrituras bíblicas como "ciencia de la creación" e insertarlas en los planes de estudios científicos; y las recientes afirmaciones ampliamente promulgadas sobre los "recuerdos recuperados", es decir, las afirmaciones de que los terapeutas que utilizan la hipnosis realmente están descubriendo verdaderos recuerdos de abusos sexuales rituales y satánicos de niños de los que no se dispone de ninguna otra prueba. El CSICOP aborda cada vez más este tipo de cuestiones en sus publicaciones y conferencias más recientes.

El CSICOP recurre a la experiencia de científicos, académicos y autores de una amplia gama de campos de las ciencias físicas, sociales y del comportamiento; la filosofía y las humanidades; y personas ajenas al mundo académico (incluidos escritores científicos y varios magos y detectives) que tienen habilidades especiales para investigar afirmaciones o informar al público.

En un sentido estrictamente organizativo, el CSICOP se componía de un Consejo Ejecutivo de 11 miembros; aproximadamente 70 miembros (entre ellos tres premios Nobel) que han realizado contribuciones distinguidas en ciencia, erudición y educación pública sobre la ciencia en su contexto más amplio; numerosos Consultores Científicos y Técnicos, que pueden proceder de prácticamente cualquier campo de especialización relevante para las cuestiones que aborda el CSICOP; y pequeños subcomités sobre astrología, afirmaciones sobre la salud, la parapsicología y los ovnis.

El Consejo Ejecutivo del CSICOP estuvo formado en su día por Paul Kurtz; los psicólogos James Alcock (Universidad de York), Barry Beyerstein (Universidad Simon Fraser), Susan J. Blackmore (Universidad del Oeste de Inglaterra) y Ray Hyman (Universidad de Oregón); el escritor y crítico Martin Gardner; el editor aeroespacial Philip J. Klass (Washington, D.C.), el escritor e investigador Joe Nickell (Universidad de Kentucky), el filósofo Lee Nisbet (Medaille College), la analista de sistemas Bela Scheiber (Boulder, Colorado) y el escritor y editor científico Kendrick Frazier (Editor de Skeptical Inquirer). Kurtz, Hyman, Klass, Gardner y Nisbet  formaron parte del Consejo Ejecutivo desde el principio.

Entre los miembros más destacados del CSICOP se encuentran el astrónomo Carl Sagan, el físico Murray Gell-Mann, el biofísico Francis Crick, el químico nuclear Glenn T. Seaborg, el científico evolucionista Stephen Jay Gould, el zoólogo Richard Dawkins, el filósofo W.V. Quine, el físico e historiador de la ciencia Gerald Holton, el científico cognitivo y escritor Douglas Hofstadter, el filósofo Stephen Toulmin, el físico Richard Muller, el científico planetario David Morrison, el ingeniero aeronáutico Paul MacCready, la socióloga de la ciencia Dorothy Nelkin, la antropóloga Eugenie Scott, la física e ingeniera rusa Sergei Kapitza, la psicóloga Elizabeth Loftus, el filósofo Mario Bunge, el filósofo Paul Edwards, el psicólogo David Marks, el astrofísico holandés Cornelis de Jager, el matemático John Allen Paulos, el folclorista Jan Harold Brunvand, la científica espacial Jill Tarter, el psicólogo Milton Rosenberg y el psiquiatra y defensor del consumidor Stephen Barrett. El polifacético escritor científico Isaac Asimov, el psicólogo B.F. Skinner, los astrónomos Bart Bok y George Abell y los filósofos Sydney Hook y Ernst Nagel fueron miembros del CSICOP hasta su muerte.

Sin embargo, el CSICOP siempre ha tenido un amplio alcance, y los artículos e investigaciones que publica, los ponentes de los simposios que convoca y los expertos a los que remite a los medios de comunicación suelen proceder tanto de fuera como de dentro de la membresía oficial. Muchos de los 35.000 suscriptores del Skeptical Inquirer también tienden a considerarse "miembros" no oficiales del CSICOP (aunque no tengan ninguna relación legal con la organización), hasta el punto de que el CSICOP ha establecido recientemente una categoría de miembros "asociados al CSICOP".

El CSICOP tiene un alcance y una perspectiva internacionales, y su influencia organizativa se extiende por todo el mundo. El Skeptical Inquirer tiene lectores en 72 países, y sus autores proceden de muchas naciones. Además, 28 países han creado 42 organizaciones científicas o escépticas. Aunque autónomos y no afiliados al CSICOP, estos grupos se han inspirado en cierta medida en el CSICOP y comparten objetivos similares. Seis países tienen más de un grupo de este tipo: Australia, Bélgica, Canadá, España, India y Reino Unido. Otros grupos se encuentran en Alemania, Argentina, Brasil, España, Estonia, Finlandia, Francia, Hong Kong, Hungría, Israel, Irlanda, Italia, Japón, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, República Checa, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Taiwán y Ucrania.

Además, científicos y escépticos de más de la mitad de los 50 estados de Estados Unidos han creado grupos autónomos locales o regionales que persiguen objetivos similares. Al igual que con los grupos internacionales, el CSICOP coopera y trabaja frecuentemente con ellos. Estas organizaciones nacionales, regionales y locales no pueden hablar por el CSICOP, ni el CSICOP por ellas. Al mantener un estatus autónomo y no afiliado, los grupos pueden desarrollar programas y métodos que satisfagan mejor las necesidades de sus miembros y adaptarse a las situaciones únicas de sus propias zonas. Muchos de estos grupos publican sus propias revistas o boletines.

Un punto importante y a menudo malinterpretado es que el CSICOP no realizaba investigaciones y, salvo pequeñas excepciones, no llevaba a cabo investigaciones propias. Fomentaba la investigación y la comprobación de las afirmaciones y proporciona un centro de intercambio de información para científicos e investigadores de universidades y otros lugares que se dedican a ello. Su revista oficial, el Skeptical Inquirer, ofrece un lugar para la publicación, previa aceptación editorial, de algunas de estas investigaciones y para el debate y la discusión sobre su significado. En este sentido, el CSICOP desempeñaba el mismo papel que cualquier sociedad científica. Las sociedades científicas (American Physical Society, American Psychological Association, American Geophysical Union, American Association for the Advancement of Science, por ejemplo) rara vez llevan a cabo investigaciones como institución, con la excepción de ocasionales declaraciones políticas. En cambio, sus miembros realizan investigación científica como parte de su trabajo en universidades, laboratorios y agencias de investigación. El CSICOP se encontraba en esa misma situación. Esta política fue reconocida y formalizada por el Consejo Ejecutivo del CSICOP en una declaración emitida en octubre de 1981. Y el Skeptical Inquirer lleva una declaración estándar en cada número: "Los artículos, informes, reseñas y cartas publicados en el Skeptical Inquirer representan las opiniones y el trabajo de autores individuales. Su publicación no constituye necesariamente un respaldo del CSICOP o de sus miembros, a menos que así se indique". La mayoría de las revistas de sociedades científicas incluyen una declaración similar.

El CSICOP se fundó el 30 de abril de 1976 en un simposio internacional celebrado en el campus de Amherst de SUNY-Buffalo sobre el tema "Los nuevos irracionalismos: Anticiencia y Pseudociencia". En un anuncio previo sobre la conferencia, escrito por Paul Kurtz, se exponían los fundamentos y los temas más sonados que han caracterizado los planteamientos y preocupaciones del CSICOP durante las dos décadas siguientes:

Se ha producido un enorme aumento del interés público por los fenómenos psíquicos, el ocultismo y la pseudociencia. La radio, la televisión, los periódicos, los libros y las revistas presentan el caso de la curación psíquica, la psicoquinesis, la inmortalidad, la reencarnación, la fotografía Kirlian, la energía orgónica, la cirugía psíquica, la curación por la fe, la astrología, los carros de los dioses, los ovnis, la dianética, la proyección astral, el exorcismo, los poltergeists y los "talentos" de Uri Geller, Edgar Cayce y Jeane Dixon. A menudo, la más mínima prueba de estas afirmaciones se exagera y se presenta como una prueba "científica".

Muchas personas creen ahora que es muy necesario organizar alguna estrategia de refutación. Quizá no debamos suponer que la ilustración científica continuará indefinidamente; por lo que sabemos, al igual que la civilización helénica, puede verse arrollada por el irracionalismo, el subjetivismo y el oscurantismo. Tal vez el irracionalismo anticientífico y pseudocientífico no sea más que una moda pasajera; sin embargo, una de las mejores maneras de hacerle frente es que la comunidad científica y educativa responda de manera responsable a su alarmante crecimiento.

Con estos pensamientos en mente, estamos formando una organización llamada tentativamente "Comité para Investigar Científicamente las Afirmaciones de Fenómenos Paranormales y Otros". [El nombre fue cambiado a su forma actual poco tiempo después].

Queremos dejar claro que el propósito del comité no es rechazar por motivos a priori, previos a la investigación, cualquiera o todas esas afirmaciones, sino examinarlas abierta, completa, objetiva y cuidadosamente.

Aún no sabemos el tamaño que alcanzará nuestro comité ni lo ambiciosos que serán sus esfuerzos..... Hemos invitado a destacados científicos y expertos en muchos campos a que se unan a nosotros en esta importante empresa.

La fundación del comité fue patrocinada inicialmente por la revista The Humanist [El Humanista], de la que Kurtz era entonces editor, pero poco después el comité se convirtió en una organización independiente.

La preocupación de Kurtz, filósofo de toda la vida, por los temas prácticos de la ética, la política, la educación, la religión, la ciencia y las pseudociencias configuró la perspectiva del CSICOP desde el principio.

En la conferencia inaugural del CSICOP, Kurtz habló apasionadamente de la actitud científica frente a la anticiencia y la pseudociencia. Se refirió a los "cultos de la sinrazón y otras formas de sinsentido" que inundan incluso a las sociedades supuestamente avanzadas. Recordando cultos ideológicos anteriores como el nazismo y el estalinismo, dijo: "Hoy, las sociedades democráticas occidentales están siendo barridas por otras formas de irracionalismo, a menudo de carácter descaradamente anticientífico y pseudocientífico". Le preocupaba que "un gran número de personas están aparentemente dispuestas y son capaces de creer en una amplia variedad de cosas, por escandalosas que sean, sin pruebas o evidencias suficientes". Dio ejemplos del "actual rechazo de la razón y la objetividad", y lamentó a los estudiosos que sostienen "que 'una creencia es tan buena como otra' y que existe una especie de 'verdad subjetiva' inmune a la crítica racional o probatoria".

Dijo que una dimensión del crecimiento de la irracionalidad es la proliferación de la pseudociencia, y dio ejemplos, desde afirmaciones entonces populares como los carros de los dioses y los triángulos de las Bermudas hasta obsesiones perennes como los ovnis, la astrología y la gente que alega "poderes psíquicos".

No niego la necesidad constante de examinar las pruebas y mantener una mente abierta. De hecho, insisto en que es esencial que los científicos estén dispuestos a investigar las afirmaciones de fenómenos nuevos. La ciencia no puede ser censora e intolerante, ni aislarse de los nuevos descubrimientos emitiendo juicios previos a la investigación. Las formas extremas de cientificismo pueden ser tan dogmáticas como el subjetivismo. Sin embargo, hay una diferencia entre el uso cuidadoso de los métodos de investigación, por un lado, y la tendencia a las generalizaciones precipitadas basadas en pruebas escasas, por otro. Lamentablemente, con demasiada frecuencia los crédulos tienden a aferrarse a los datos más escasos y a formular conjeturas de gran envergadura, o a insistir en que sus especulaciones han sido confirmadas de forma concluyente, cuando no es así.

"Si queremos hacer frente al crecimiento de la irracionalidad, necesitamos desarrollar un aprecio por la actitud científica como parte de la cultura", dijo Kurtz. "El objetivo de la educación debería ser formar personas reflexivas, escépticas pero receptivas a las nuevas ideas; siempre dispuestas a examinar nuevas formas de pensamiento, pero insistiendo en que se pongan a prueba antes de aceptarlas".

Contrarrestó la preocupación de que la ciencia deba ser por tanto fría y limitada refiriéndose al "papel de la imaginación en las ciencias". Dijo Kurtz: "La ciencia sólo puede avanzar estando abierta a exploraciones creativas en el pensamiento". Los avances de la ciencia son asombrosos, y continuarán..... Necesitamos difundir el aprecio por la aventura de la empresa científica". Y afirmó que, al abrazar el doble enfoque de la ciencia en la razón y la objetividad, también debemos mantener vivas "las cualidades dramáticas de la experiencia; la poesía, la música y la literatura expresan nuestra naturaleza apasionada..... Es necesario cultivar nuestros impulsos estéticos y nuestro placer por la belleza. Las artes son la expresión más profunda de nuestros intereses 'espirituales', pero tenemos que distinguir entre arte y verdad; porque aunque apreciemos la forma estética, las pretensiones de conocimiento requieren una prueba rigurosa." [Citas de Kurtz, Toward a New Enlightenment [Hacia una nueva Ilustración], 1994, pp. 123-133].

Marcello Truzzi, sociólogo de la ciencia (Eastern Michigan University), fue inicialmente copresidente con Kurtz del CSICOP. También intervino en la reunión fundacional. Advirtió a sus colegas que no debían meter a todos los grupos ocultistas en el mismo saco. Ofreció una taxonomía del ocultismo, situando las afirmaciones en una escala de cinco puntos en función de si sus fuentes de validación eran científicas, místicas o algo intermedio. También subrayó que lo que distingue a la ciencia de la pseudociencia no es la materia, sino la metodología, y enumeró principios inherentes a la ciencia como la falsabilidad y la replicabilidad. Y Truzzi propuso dos principios adicionales que han sido el sello distintivo de los evaluadores escépticos desde entonces: "En primer lugar, la carga de la prueba recae en quienes afirman la existencia de una anomalía; en segundo lugar, se necesitan pruebas extraordinarias para las afirmaciones extraordinarias".

(Al año siguiente, Truzzi y el CSICOP se separaron en una disputa interna que dejó malos sentimientos durante años. Uno de los principales problemas se produjo en torno a la publicación del Skeptical Inquirer, inicialmente llamado The Zetetic y editado por Truzzi ese primer año, hasta agosto de 1977. Truzzi quería que fuera más una revista académica, sobre todo sociológica; los demás querían que tratara tanto asuntos académicos como afirmaciones populares que interesaran y afectaran al público, y querían que llegara a un público más allá de los académicos. Además, Truzzi quería que el CSICOP invitara a los defensores de lo paranormal a formar parte de la organización, algo a lo que los demás se oponían rotundamente. Además, tenía un punto de vista de relativismo cultural respecto a la ciencia, algo que molestaba a muchas de las personas del comité más orientadas a la ciencia).

El nacimiento del CSICOP recibió amplia publicidad. El New York Times [1 de mayo de 1976, p. 26], bajo el titular "Los fenómenos paranormales se enfrentan al estudio científico", dedicó 24 pulgadas de columna a la preocupación del comité por "una creciente ola de superstición y aceptación acrítica de los fenómenos paranormales" y a sus planes de "investigar tales afirmaciones y publicar informes científicos sobre su validez." La revista Science hizo un artículo reservado [197:646, 12 de agosto de 1976]. Y Science News publicó un artículo de tres páginas y un tercio "La ciencia y las sectas paracientíficas" [29 de mayo de 1976] con un diseño de portada que mostraba a un caballero "desafiando a la pseudociencia". Este artículo, basado en la cobertura de la reunión organizativa por parte de su editor y en las conversaciones mantenidas con muchos de los ponentes del CSICOP, recibió el mayor número de cartas al editor que cualquier otro artículo publicado por Science News. Estaba claro que el comité había dado en el clavo.

Cuando el CSICOP volvió a reunirse, en Nueva York en agosto de 1977, convocó una concurrida rueda de prensa sobre una amplia gama de temas relacionados con lo paranormal y emitió una declaración en la que atacaba a Reader's Digest por un "grave acto de desequilibrio periodístico" en un artículo recién publicado y ampliamente promocionado, "¿Qué sabemos realmente sobre los fenómenos psíquicos?". "Este artículo tendencioso", decía el CSICOP en una carta que había enviado al redactor jefe de la popular revista, presenta como hechos una serie de experiencias 'psíquicas' anecdóticas y sin fundamento de individuos y pseudocientíficos. También informa de experimentos "exitosos" de diversos tipos, sin reconocer que prácticamente todos... se demostraron posteriormente como inadecuadamente controlados, no concluyentes y, en algunos casos, bastante negativos". (Al año siguiente, Reader's Digest enmendó su error publicando una condensación de un artículo del Smithsonian de marzo de 1978 sobre las preocupaciones del comité bajo el título “UFOs! Horoscopes! (And Other Nonsense)” [¡OVNIs! ¡Horóscopos! (Y otras tonterías)]" (julio de 1978).

La Associated Press y de nuevo el New York Times publicaron artículos sobre las preocupaciones del CSICOP acerca de "una creciente ola de creencia acrítica en la astrología, la parapsicología y otros temas sin fundamento" [New York Times, 8 de agosto de 1977, p. A11]. El Times también hablaba del llamado del comité a los medios de comunicación para que informaran sobre estos temas con un mayor equilibrio científico. Estas historias llevaron al Washington Star a editorializar que el comité había exagerado. "Es exagerado. Es la clásica matanza de mosquitos a mazazos. Es el ametrallamiento de mariposas". Estas opiniones contrapuestas sobre la validez de las preocupaciones del CSICOP se han mantenido a lo largo de los años en la cobertura posterior de la organización.

En noviembre de 1977, el CSICOP presentó una queja formal ante la Comisión Federal de Comunicaciones contra la NBC por engañar al público sobre los fenómenos psíquicos en un programa pseudodocumental de dos horas de duración Exploring the Unknown [Explorando lo desconocido]. Esta denuncia obtuvo igualmente una considerable cobertura informativa. Después, la revista Time (12 de diciembre de 1977) publicó un artículo a toda página, "Attacking the New Nonsense" [Atacando el nuevo sinsentido], sobre los desafíos del comité a las afirmaciones paranormales. Se refería a una amplia gama de preocupaciones, citaba a Paul Kurtz (y lo retrataba a él y a Uri Geller, cuyas hazañas, señalaba, habían sido duplicadas y desafiadas con éxito por el mago James Randi, miembro fundador del CSICOP), y decía que el comité cree que dejar las afirmaciones paranormales sin refutar "erosionará el espíritu de escepticismo que es saludable tanto para la ciencia como para la sociedad".

La publicidad que acompañó el nacimiento del CSICOP y su primer año y medio de activismo inició una tendencia que continúa hoy en día. La amplia cobertura mediática de sus actividades y publicaciones ha sido desde entonces un sello distintivo del trabajo del CSICOP. (La conferencia del CSICOP de 1994 en Seattle, por ejemplo, fue cubierta por varias docenas de periodistas de prensa y televisión y dio lugar a tres artículos diferentes de Associated Press). Algunos científicos universitarios del CSICOP siempre se han sentido incómodos con este hecho, prefiriendo una imagen más académica, pero Kurtz y la mayoría de los demás se dieron cuenta desde el principio de que un grupo pequeño sólo podría tener una amplia repercusión a través de los efectos multiplicadores de los medios de comunicación.

Además, razonaron, la educación pública es una de las razones de ser oficiales del comité. La misión oficial del CSICOP, que se publica cada número en la contraportada del Skeptical Inquirer, dice que el comité "fomenta la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y de las ciencias marginales desde un punto de vista responsable y científico, y difunde información objetiva sobre los resultados de dichas investigaciones entre la comunidad científica y el público. También promueve la ciencia y la investigación científica, el pensamiento crítico, la educación científica y el uso de la razón para examinar cuestiones importantes [cursivas añadidas]. Todo ello implica la divulgación pública, algo a lo que el CSICOP ha dedicado muchos esfuerzos.

Los primeros años del CSICOP estuvieron marcados no sólo por sus éxitos, sino también por una polémica que heredó y en la que se vio envuelto a raíz de las afirmaciones sobre el "efecto Marte" del neoastrologo francés Michel Gauquelin. Gauquelin afirmaba que los campeones deportivos europeos nacían preferentemente cuando Marte se encontraba en dos de los doce sectores del cielo. Paul Kurtz se había unido al estadístico Marvin Zelen y al astrónomo George Abell para analizar las pruebas de Gauquelin antes de que se fundara el CSICOP y cuando Kurtz era editor de The Humanist. Propusieron una prueba llamada la prueba de Zelen, que Gauquelin llevó a cabo y publicó en The Humanist de noviembre-diciembre de 1977. Ahí comenzó una gran disputa sobre las interpretaciones del resultado de la prueba, que Gauquelin consideraba favorable a su hipótesis y Kurtz y Zelen consideraban ambigua. Una prueba posterior realizada por Kurtz, Zelen y Abell con datos de campeones deportivos estadounidenses produjo resultados claramente negativos, aunque una muestra inicial demasiado pequeña para la significación estadística era coherente con la hipótesis de Gauquelin.

Todo este trabajo engendró dos controversias, una sobre los aspectos sustantivos de las afirmaciones estadísticas y las pruebas de las mismas, y otra una disputa interna que ocupó gran parte del tiempo del Consejo Ejecutivo del CSICOP durante tres o cuatro años. Dennis Rawlins, miembro original del Consejo Ejecutivo y crítico de la hipótesis de Gauquelin, creía sin embargo firmemente que el diseño de las pruebas de Zelen era defectuoso y que las interpretaciones negativas de sus resultados por parte de Kurtz, Zelen y Abell eran inapropiadas. Intensificó sus críticas hasta un nivel personal, acabó siendo expulsado del Consejo Ejecutivo y escribió un largo artículo crítico en el Fate de 1981 al que llamó "sTARBABY[1]". El Skeptical Inquirer publicó el relato de Rawlins sobre estos asuntos en su áspero comentario "Remus Extremus", junto con una introducción del editor y declaraciones de respuesta del Consejo Ejecutivo y de Kurtz y Abell (SI, 6[2]:58-67, Invierno 1981-82).

Posteriormente, Abell, Kurtz y Zelen publicaron un artículo de seguimiento en el Skeptical Inquirer en el que revisaban y reevaluaban sus experimentos (7[3]:77-82, primavera de 1983). Estaban de acuerdo con cuatro críticas a su declaración sobre la prueba de Zelen y con tres críticas a su prueba estadounidense. No obstante, afirmaron que su estudio estadounidense era válido y que "arrojaba resultados altamente inconsistentes con un efecto Marte para los atletas". Concluyeron: "Lamentamos que al principio no tuviéramos la previsión de ser mucho más cuidadosos en nuestros experimentos y en la información sobre ellos. Si lo hubiéramos hecho, habríamos podido llegar a conclusiones más convincentes para los demás". Por otro lado, es dudoso que algo de lo que hubiéramos podido hacer hubiera zanjado el asunto... Instamos a los futuros investigadores a proceder con el máximo cuidado". Instaron a suspender el juicio sobre el "efecto Marte" hasta que haya futuras réplicas independientes. Esto, y la declaración política anteriormente mencionada sobre no realizar investigaciones como organismo institucional, puso fin a la implicación del CSICOP en la controversia sobre el "efecto Marte". Desde entonces, un comité francés (CFEPP) ha estado examinando la hipótesis, y recientemente Kurtz ha revisado brevemente el estado actual del debate científico y los resultados franceses, que son negativos (SI, 19(1):4, enero-febrero de 1995, pp. 4, 62).

De los miles de artículos que se han escrito sobre el CSICOP y The Skeptical Inquirer, destacan dos en particular. El primero es la extensa columna "Metamagical Themas" de Douglas R. Hofstadter en el Scientific American de febrero de 1982. Con el estilo filosófico vivo, personal y cuestionador de Hofstadter, contrastaba en detalle "dos tipos de indagación: 'National Enquirer' y 'The Skeptical Inquirer'". Rumiaba cómo sabemos que lo que sabemos es cierto, y resumía muchos artículos y debates sustanciales de Skeptical Inquirer para captar el sabor y el contenido de la revista. Hofstadter resumió:

"El propósito de The Skeptical Inquirer es simplemente combatir el sinsentido. Lo hace recurriendo al sentido común, lo que significa que es accesible a cualquiera que sepa leer inglés. No se requiere ningún conocimiento especial para leer sus páginas, donde las afirmaciones sin sentido son rutinariamente hechas añicos. Todo lo que se requiere para leer esta revista inconformista es curiosidad por saber cómo la verdad se defiende (a través de su agente CSICOP) contra los ataques procedentes de todas partes de teóricos, especuladores, excéntricos, chiflados y farsantes inimaginables".

Hofstadter se refirió a The Skeptical Inquirer como un David luchando contra Goliat. "Sus páginas están llenas de escritos animados y humorísticos: el combate de ideas en su forma más divertida". Terminó diciendo que el objetivo de The Skeptical Inquirer no es "vaciar el vasto océano de irracionalidad que a todos nos rodea", sino servir de "boya firme a la que aferrarse en ese mar tulmultuoso." El artículo de Hofstadter (reimpreso, con una animada actualización, en su libro Metamagical Themas [Temas metamágicos], Basic Books, 1985) se tradujo directamente en miles de nuevos suscriptores del Skeptical Inquirer.

El segundo es "The Fine Art of Baloney Detection" [El arte de detectar tonterías], de Carl Sagan, en Parade Magazine, 1 de febrero de 1987. Un manual popular para los lectores de periódicos sobre el pensamiento crítico y cómo no dejarse engañar, que incluía una barra lateral sobre The Skeptical Inquirer. Se refería al CSICOP como "la principal organización" de científicos, prestidigitadores y otras personas dedicadas a examinar las fronteras de la ciencia. "Su publicación periódica, The Skeptical Inquirer, es alegre, irreverente, instructiva y a menudo muy divertida". A continuación, incluía un listado de 39 temas concretos tratados en sus páginas, además de "innumerables casos de aguda credulidad por parte de periódicos, revistas y programas especiales e informativos de televisión".

No todas las noticias han sido favorables. Las críticas al comité son legión, no sólo entre astrólogos, promotores de ovnis, psíquicos y similares, sino entre algunas de las organizaciones parapsicológicas más respetadas y en sectores del mundo académico.

Una afirmación común de los críticos es que el CSICOP se autoproclama "vigilante científico" contra los creyentes en lo paranormal. El CSICOP responde que simplemente ofrece una voz alternativa, normalmente ignorada por los creyentes y gran parte de los medios de comunicación, y que sólo intenta fomentar el pensamiento crítico y una actitud científica ante afirmaciones cuestionables. A menudo, los críticos tachan al CSICOP de "desacreditadores" de corazón frío, mientras que el CSICOP sostiene que las afirmaciones deben basarse o no en las pruebas y que los juicios negativos tras una evaluación completa de las pruebas no deben despreciarse, sino que forman parte de la investigación científica legítima. También advierte constantemente a sus colegas de que emitir juicios sin investigar o antes de hacerlo no está en consonancia con el espíritu científico. Los científicos del CSICOP también señalan con frecuencia que la ciencia real desvela constantemente todo tipo de maravillas que superan con creces todo lo que ofrece la pseudociencia.

Otra crítica es que tiende a tratar todas las afirmaciones con el mismo ataque de trabuco, sin sentido de la proporción entre lo trivial y lo serio. Esto es cierto en ocasiones, pero mientras que ha sido despiadado a la hora de atacar las grandiosas e interesadas afirmaciones de los "psíquicos", por ejemplo, ha sido, al menos en los últimos años, mucho más moderado en sus críticas al trabajo más respetado de la parapsicología experimental. Algunos comentaristas afirman que las preocupaciones del CSICOP sobre la amenaza a la ciencia y la razón y a toda la tradición racional de la civilización occidental son exageradas y que la ciencia es una institución fuerte que no se derrumba fácilmente. Esa queja puede tener algo de cierto, pero los científicos afiliados al CSICOP señalan que la ciencia debe funcionar dentro de la sociedad de la que forma parte, y que una grave falta de comprensión de los principios científicos y de los métodos de análisis de afirmaciones y cuestiones complejas es peligrosa para una sociedad tecnológica. Además, este mismo tipo de preocupaciones son expresadas con frecuencia por científicos y otras personas que no tienen ninguna relación con el CSICOP.

En su reciente libro Science in the New Age [La ciencia en la Nueva Era] (University of Wisconsin Press, 1993), David J. Hess, del Instituto Politécnico Rensselaer, trata a los "escépticos" y al escepticismo asociado con el CSICOP y sus aliados como una de las tres comunidades paralelas a los "New Agers" y los "parapsicólogos". Todos ellos tienen diferencias obvias, a menudo vehementes, sobre lo que constituye conocimiento válido e inválido, afirma, pero luego sostiene que, no obstante, "también están forjando una cultura compartida..... Esta cultura paranormal emergente está lo suficientemente 'más allá' (para) de la corriente dominante como para que yo piense en ella como una 'paracultura'".

Hess trata los escritos de los miembros del CSICOP con consideración y seriedad, pero hace mucho hincapié en sus metáforas marciales y militares y en lo que considera una tendencia a adoptar el papel de heroico desvalido consciente de sí mismo, "que puede sobrepasar los límites de los métodos científicos para preservar el imperio de la ciencia" [p.88]. El CSICOP no ha respondido de forma institucional, pero sus miembros suelen considerarse parte de la corriente científica y académica dominante. Esto es así a pesar de que su nivel de preocupación por la aceptación acrítica de afirmaciones paranormales puede ser mayor que el de muchos de sus colegas.

Además, el CSICOP se considera legítimamente mucho más heterogéneo y descentralizado que sus críticos. En un sentido importante, como se ha señalado antes, no existe el CSICOP. Se trata simplemente de una pequeña organización científica y educativa que defiende la ciencia y la razón. El CSICOP tiene un personal minúsculo, en su mayoría a tiempo parcial, en Amherst, N.Y. Su [primer] presidente tenía otras numerosas responsabilidades (fundador de Prometheus Books, director de la revista Free Inquiry, presidente del Consejo para el Humanismo Democrático y Secular, autor de más de treinta libros, por ejemplo) y nunca ha recibido ningún salario del CSICOP. El comité se financia íntegramente mediante suscripciones y donaciones, y siempre está muy escaso de fondos.

El CSICOP es esencialmente un catalizador. Son las personas de las universidades, laboratorios y aulas las que se ocupan de estos temas cada día como parte de su trabajo habitual -preguntas sobre lo paranormal o asuntos de ciencias marginales de sus amigos o estudiantes, consultas de emisoras de radio o periódicos locales-, son ellos los que a menudo se consideran "CSICOP". Pueden ser miembros de la organización (los varios centenares de Miembros o Consultores Científicos o Técnicos); muchas veces no lo son. Sólo son trabajadores del campo de las ideas que comparten las preocupaciones que a menudo enuncian los miembros del CSICOP. Así es como funciona.

La obra más visible del CSICOP es The Skeptical Inquirer. Se editata lejos de la sede del CSICOP, en Albuquerque, Nuevo México, donde vivía Kendrick Frazier, su director desde agosto de 1977. (También trabajaba como miembro del personal de un gran laboratorio nacional.) Frazier había sido anteriormente editor de la revista Science News en Washington, D.C., y antes de eso había dirigido el informe mensual News Report de la Academia Nacional de Ciencias. En consulta con un consejo editorial y revisores, tomaba decisiones sobre los artículos y otros materiales de autores dispersos por todo el mundo. La revista se editaba y preparaba en un sistema de autoedición en la sede del CSICOP y se imprimía en Virginia.

A partir de su número de enero-febrero de 1995, el Skeptical Inquirer aumentó su periodicidad de trimestral a bimestral y pasó de tener un tamaño de compendio a un tamaño estándar de revista. Tenía una tirada de pago de unos 35.000 ejemplares. Aunque tradicionalmente sólo se publicaba por suscripción, en los últimos años ha ido aumentando gradualmente su difusión en los quioscos. En 1995 comenzó a ampliar su alcance editorial mediante la distribución de unos 20.000 ejemplares más en los quioscos.

A lo largo de los años, el Skeptical Inquirer ha publicado algunas investigaciones notables. Algunos ejemplos:

*Lectura en frío. En "How to Convence Strangers That You Know All About Them" [Cómo convencer a desconocidos de que lo sabes todo sobre ellos] (Vol. 1 No. 2, Primavera/Verano 1977), el psicólogo Ray Hyman revela las técnicas que "psíquicos", adivinos, quirománticos y prácticamente todos los pretendientes al oficio de la adivinación utilizan para hacerte creer que tienen conocimientos especiales sobre ti y tu futuro. Este es el artículo más solicitado del Skeptical Inquirer.

*"Fooling Some of the People All of the Time" [Engañar a algunos todo el tiempo] (Invierno 1980-81). Otro artículo muy citado. Los psicólogos Barry Singer y Victor Benassi construyeron un experimento para demostrar y explorar el fenómeno de que las demostraciones psíquicas de aficionados empujan a muchas personas a tener fuertes creencias ocultistas. Un mago fue presentado a dos clases separadas como "psíquico", a otras dos clases correctamente como "mago". Dos tercios de todas las clases creyeron que era un vidente. Incluso un gran número de aquellos a los que se les había mostrado cómo se hacían los trucos seguían creyendo que era "vidente". Una conclusión: "La gente puede mantener obstinadamente la creencia sobre los poderes psíquicos de alguien cuando sabe que no es así". Somos típicamente ineptos para razonar incluso en las tareas conceptuales más simples que implican hipótesis alternativas.

*Experimento Proyecto Alfa (verano de 1983). El mago/investigador James Randi, miembro fundador del CSICOP, "plantó" a dos jóvenes amigos magos, Steve Shaw y Michael Edwards, en el Laboratorio McDonnell de Investigación Psíquica de la Universidad de Washington, St. Louis. La intención era ver si los experimentadores pro-psíquicos introducirían los controles necesarios para detectar engaños y si aceptarían la ayuda de expertos en prestidigitación para diseñar procedimientos de control adecuados. Fracasaron en ambos aspectos, y la demostración de Randi, de la que se informó inicialmente en la revista Discover, causó un tremendo revuelo. Randi fue alabado y castigado a la vez, y el laboratorio acabó perdiendo su financiación privada y se cerró.

*El fenómeno del centésimo mono (verano de 1985). El filósofo Ron Amundson investigó la ampliamente publicitada afirmación New Age del escritor Lyall Watson de que los macacos japoneses, incluso en islas diferentes, aprendían de repente todos un nuevo comportamiento particular de lavado de patatas una vez que una masa crítica de la población (cien) lo aprendía, una "conciencia de grupo" de tipo paranormal. Amundson eaxaminó las fuentes científicas que citaba Watson y demostró que esos artículos invalidaban por sí mismos sus afirmaciones. No existía el centésimo mono. No había ningún comportamiento aprendido espontáneamente. Watson admitió más tarde que se había inventado la mayoría de los detalles (Amundson, primavera de 1987). "Acepto sin reservas el análisis de Amundson sobre el origen y la evolución del centésimo mono", dijo Watson. "Es una metáfora de mi propia cosecha, basada -como él sugiere con razón- en pruebas muy escasas y en una gran cantidad de rumores".

*Firewalking [caminata sobre fuego] (otoño de 1985). El físico Bernard Leikind y el psicólogo William McCarthy caminaron sobre brasas y explicaron cómo esa capacidad no tiene nada que ver con poderes de la mente, sino con la baja capacidad calorífica del carbón.

*"La luna estaba llena y no pasó nada" (invierno 1985-86). Los psicólogos Ivan W. Kelly y James Rotton y el astrónomo Roger Culver revisaron e hicieron un metaanálisis de 37 estudios sobre la luna y el comportamiento humano. A pesar de la creencia popular en sentido contrario, no encontraron ninguna relación causal entre las fases lunares y el comportamiento. Describieron los sesgos cognitivos que conducen a las creencias.

*La astrología "seria". En un exhaustivo y minucioso análisis en dos partes ("¿Tiene que ser cierta la astrología?" Invierno 1986-87, Primavera 1987), Geoffrey Dean examinó en detalle la astrología real (no la versión popular de las columnas de los periódicos y las carpas de feria), las razones por las que los astrólogos creen en ella y las pruebas más recientes. La conclusión: La astrología no cumple ninguna prueba científica, pero no necesita ser verdadera para "funcionar". Las cartas natales auténticas no son esenciales. Las falsas funcionan igual de bien. Los distintos sistemas astrológicos se contradicen entre sí. "Así, lo real surge como una especie de chicle psicológico, satisfactorio pero, en última instancia, sin sustancia real".

*Testing Psi in China [Comprobando Psi en China] (verano de 1988). Una delegación del CSICOP (Paul Kurtz, James Randi, James Alcock, Philip J. Klass, Kendrick Frazier, y Barry Karr) fue invitada a China en 1988, donde hicieron pruebas con una variedad de psíquicos, un maestro de Qigong, y algunos de los famosos "niños psíquicos" de China (en Xian). Todas las pruebas arrojaron resultados negativos. En condiciones de doble ciego, no hubo correlación entre los movimientos del maestro de Qigong y las "respuestas" de una mujer en una habitación separada a la que intentaba afectar mediante una "energía" de Qigong que supuestamente emanaba de sus dedos. Los niños psíquicos fracasaron en todas las pruebas en las que se les impidió hacer trampas, e hicieron trampas en todas las pruebas en las que se les permitió a propósito (para ver qué hacían). Su mentor no impuso ningún control experimental propio, permitiendo a los niños deambular e incluso salir del edificio a voluntad durante las pruebas que él controlaba. Parecía perplejo incluso por la necesidad de los controles.

*"Experiencias cercanas a la muerte: ¿Dentro o fuera del cuerpo?" (otoño de 1991). La psicóloga Susan J. Blackmore examinó las experiencias cercanas a la muerte desde el punto de vista neuroquímico, fisiológico y psicológico. A partir de sus experimentos de laboratorio y simulaciones por ordenador, propuso una teoría que explica el "efecto túnel" y otros aspectos vívidos de las ECM en términos naturalistas. Explicó con simpatía cómo "un acontecimiento esencialmente fisiológico" puede parecer completamente real y cambiar profundamente la vida de las personas.

*Persuasión subliminal. En tres artículos (primavera de 1992), los psicólogos Anthony Pratkanis, Timothy Moore, Brady Phelps y Mary Exum relataron experimentos que revelan los hechos, falacias y mitos de la persuasión subliminal y la llamada publicidad subliminal.

*Facilitated Communication [Comunicación facilitada] (primavera de 1993). En dos artículos principales, los psicólogos pediátricos James Mulick, John Jacobson y Frank Kobe y la psicóloga Kathleen Dillon demostraron de forma persuasiva que las afirmaciones de comunicación facilitada, utilizadas en intentos bienintencionados de comunicarse con niños autistas y otros niños, eran falsas. Experimentos controlados revelaron que la persona que se comunica es el adulto "facilitador", no el paciente.

*Reencarnación (otoño de 1994). Leonard Angel examinó uno de los más sólidos de los 20 casos "más impresionantes" de Ian Stevenson a favor de la reencarnación (el caso Imad Elawar) y concluyó que falla en seis puntos fundamentales para proporcionar cualquier caso a favor de la reencarnación. (Stevenson cuestionó el análisis).


Además de estos artículos, el Skeptical Inquirer ha publicado en cada número desde el verano de 1983 una columna titulada "Notes of a Fringe-Watcher" [Notas de un observador marginal], escrita por Martin Gardner. Gardner, miembro fundador del CSICOP, ha sido un perspicaz observador y crítico de la ciencia marginal, la pseudociencia y el paranormalismo durante casi cinco décadas. Su primer libro sobre el tema, Fads and Fallacies in the Name of Science [Manías y falacias en nombre de la ciencia] (Dover Books) es un clásico. Le siguió Science: Good, Bad, and Bogus [Ciencia: Buena, mala y falsa] en 1981, y sus columnas del Skeptical Inquirer han aparecido en sus libros más recientes The New Age: Notes of a Fringe-Watcher [La Nueva Era: Notas de un observador marginal] (1988, 1991) y On the Wild Side [En el lado salvaje] (1992), todos de Prometheus. (Asimismo, aproximadamente 120 de los artículos más importantes del Skeptical Inquirer están disponibles en tres antologías publicadas por Prometheus Books, Paranormal Borderlands of Science [Fronteras paranormales de la ciencia], 1981; Science Confronts the Paranormal [La ciencia se enfrenta a lo paranormal], 1986; y The Hundredth Monkey and Other Paradigms of the Paranormal [El centésimo mono y otros paradigmas de lo paranormal], 1991).

La mayoría de los artículos específicos descritos anteriormente son de investigación, y esa puede ser la imagen del artículo prototípico del Skeptical Inquirer. Suelen ser los más controvertidos. Pero probablemente la mayor parte de los artículos que publica la revista son explicativos, informativos o instructivos. (Ejemplos de estos últimos: "The Right Hemisphere: An Esoteric Closet?" [El hemisferio derecho: El hemisferio derecho: ¿un armario esotérico?], en el que se analiza lo que hay de cierto y de falso en los conceptos populares sobre la infrautilización del hemisferio derecho del cerebro, verano de 1993, y "Why You Are Unmoved as the Oceans Ebb and Flow" [Por qué no te afecta el flujo y reflujo de los océanos], sobre las mareas y el cuerpo, otoño de 1994). O pueden discutir cuestiones filosóficas, científicas, educativas o sociales relacionadas con la ciencia, la ciencia marginal y lo paranormal, y cómo se interrelacionan. (Dos ejemplos recientes: "Wonder and Skepticism" [Asombro y escepticismo], de Carl Sagan, enero-febrero de 1995, y "Philosophy and the Paranormal" [Filosofía y lo paranormal], de William Grey, en dos partes, invierno y primavera de 1994).

La revista también ha publicado una serie de artículos destinados a ayudar a la gente a comprender las experiencias inusuales para que puedan contemplar explicaciones alternativas a la paranormal. Un buen ejemplo es el de la psicóloga Susan Blackmore, "Psychic Experiences: Psychic Illusions" [Experiencias psíquicas: Ilusiones psíquicas] (verano de 1992), donde mostraba cómo las experiencias psíquicas son la consecuencia inevitable de cómo pensamos y que son comparables a las ilusiones visuales. El Skeptical Inquirer ha publicado incluso algún que otro retrato entretenido, como " Luis Alvarez and the Explorer’s Quest" [Luis Álvarez y la búsqueda del explorador] (otoño de 1989), "Penn and Teller: The Magical Iconoclasts" (primavera de 1991) y "Jack Horkheimer, 'Star Hustler'" [Jack Horkheimer, 'El timador estelar'] (verano de 1993). Cuando murió Isaac Asimov, el director Frazier escribió un largo ensayo personal sobre la fenomenal obra de Asimov y solicitó homenajes a destacados científicos y autores de ciencia ficción de todo el mundo (otoño de 1992). Del mismo modo, cuando murió Carl Honorton, Susan Blackmore escribió sobre su legado a la parapsicología (primavera de 1993).

En la columna "New Directions, Awesome Science, and Critical Inquiry" [Nuevas orientaciones, ciencia asombrosa e investigación crítica] (Invierno de 1990), el director anunció una ampliación del alcance del Skeptical Inquirer para incluir artículos ocasionales sobre avances científicos y un sentido de la aventura de la ciencia. También inauguró una serie de artículos y ensayos sobre la educación científica y el pensamiento crítico. Una columna posterior, "Our Wide and Fertile Field" [Nuestro amplio y fértil campo] (verano de 1993), señalaba cómo la revista había empezado a explorar más temas en las zonas fronterizas de la ciencia, la "amplia y difusa zona" en la que "la buena y la mala ciencia, la ciencia real y la ciencia falsa, y todo lo que hay en medio, coexisten en incómoda desarmonía". Son áreas que "no encajan en ninguna descripción clásica de lo 'paranormal'". Ejemplos: pseudociencia multicultural, libros de autoayuda, denuncias de abusos rituales de sectas, paradojas de probabilidad, usos indebidos de la hipnosis y pruebas de "honestidad" para el empleo. "Muchos se refieren a temas importantes que son noticia, causan problemas, plantean preguntas inquietantes y afectan a nuestras vidas. Todos merecen un análisis serio y científicamente informado".

Esta lenta ampliación del alcance de la revista va mucho más allá de los principales temas y preocupaciones paranormales. La evaluación de las afirmaciones paranormales será probablemente siempre su misión central. Pero el Skeptical Inquirer planea seguir ampliando su alcance para examinar temas más generales que afectan a amplios segmentos de la sociedad.

Congreso del CSICOP en Stanford, California, en 1984. 
De izquierda a derecha: Leon Jaroff, Paul Kurtz, Philip Klass y Mark Plummer.

La serie de congresos anuales del CSICOP también ha tenido un alcance cada vez mayor. Celebradas con una periodicidad algo superior a la anual desde 1983, los congresos han abarcado una amplia gama de temas, algunos relacionados con lo paranormal y otros no. Pero parece que siempre atraen a personas bien informadas, normalmente del mundo académico, capaces de abordar temas importantes con equilibrio, autoridad y responsabilidad. El de "La psicología de la creencia", celebrado en Seattle en junio de 1994, fue considerado por muchos asistentes como el mejor en su momento. Hubo sesiones sobre "El motor de la creencia: cómo se forman las visiones del mundo", "Cómo nos engañamos a nosotros mismos: Anomalías de la percepción y la interpretación", "La memoria: ¿Hasta qué punto es fiable? "Influir en las creencias en los tribunales", "Teorías conspirativas", "Experiencias cercanas a la muerte" y el discurso de Carl Sagan. Los asistentes han valorado muy positivamente la calidad de las conferencias.

En 1989, los pleitos empezaron a ocupar el tiempo del CSICOP y a absorber sus recursos financieros. Dos grandes demandas por difamación, la primera (en 1989) por el "investigador paranormal" de Maryland Eldon Byrd y la segunda (en 1991) por el autoproclamado "psíquico" Uri Geller, fueron presentadas contra James Randi, con el CSICOP como codemandado. En la demanda de Byrd se pedían 38 millones de dólares por daños y perjuicios, y en la de Geller, 15 millones. Ambas se referían a comentarios supuestamente realizados por Randi, fuera de cualquier foro del CSICOP, el primero en una conferencia en Nueva York y en una revista ya desaparecida, el segundo en una entrevista en el International Herald-Tribune. (Una tercera demanda, presentada por Geller contra Randi y el CSICOP en Nueva York, fue desestimada anticipadamente por un tecnicismo). Randi había mantenido una larga disputa con Geller desde que éste adquirió notoriedad en los años setenta, cuando Randi empezó a denunciar varias hazañas de Geller como trucos de prestidigitación.

Las demandas resultaron muy costosas de defender para CSICOP y Randi, y no sólo desde el punto de vista económico. En un principio, el CSICOP se vio obligado por razones legales a no discutir abiertamente los detalles de los casos, pero en "On Being Sued: The Chilling of Freedom of Expression" (Skeptical Inquirer, 16:114-117, invierno de 1992), el presidente Paul Kurtz se refirió a la amenaza que suponían las demandas para la libertad de expresión, la investigación científica y la disidencia. Dijo que esas demandas eran un intento de "agotar financieramente a los escépticos" y de inmovilizar todo su tiempo y recursos. Dijo que el CSICOP siempre esperaba evitar las disputas legales y trataba de abordar todas las cuestiones a nivel intelectual, pero añadió: ". . . Cuando están en juego los principios sobre los que se fundó el CSICOP, estamos dispuestos a luchar hasta el final, si es necesario". El CSICOP y el Skeptical Inquirer han presentado a menudo críticas controvertidas y provocadoras que consideramos importantes contribuciones científicas. Creemos profundamente en la libertad de prensa, en la libertad de expresión y de investigación científica y en la importancia de la disidencia". Afirmó que las demandas habían tenido un "efecto amedrentador sobre el debate pleno y franco de estas cuestiones", pero prometió, "en estos tormentosos mares de infortunio", intentar "mantener a flote el barco de los escépticos". No tenemos intención de que nos silencien".

Kurtz también habló con franqueza del dolor que las demandas habían causado en las relaciones del comité con Randi, uno de sus miembros fundadores originales y miembro durante mucho tiempo de su Consejo Ejecutivo. Para entonces, Randi se había separado del CSICOP, en parte para protegerlo de nuevas demandas y en parte debido a los resentimientos en el seno del CSICOP, que por necesidad tuvo que insistir en que no debía ni podía ser considerado legalmente responsable de las declaraciones realizadas por sus miembros fuera de los foros del CSICOP. Randi fue un héroe para el CSICOP y para el movimiento escéptico mundial en general, y todo el asunto fue un episodio triste y extremadamente doloroso para todos los implicados.

Las defensas legales tuvieron éxito. En el caso Byrd, se determinó que CSICOP no había difamado a Byrd. Randi fue declarado culpable, pero la sentencia resultó ser una victoria porque el jurado fijó en cero la indemnización por daños y perjuicios.

En el caso Geller, el Tribunal de Distrito de Washington, D.C., dio la razón al CSICOP en su alegación de que su inclusión en la demanda constituía acoso legal y le impuso sanciones monetarias. Geller presentó recursos de reconsideración, que fueron denegados, y el 27 de julio de 1993 el tribunal dictó sentencia contra Geller por 149.000 dólares, que representaban los honorarios y gastos en que había incurrido CSICOP para defender las acciones. Geller apeló entonces, y el 9 de diciembre de 1994, el Tribunal de Apelaciones de EE.UU. en el Distrito de Columbia encontró "amplio apoyo para la imposición de sanciones contra Geller por parte del tribunal de distrito. . . . Dado el historial litigioso de Geller, no encontramos abuso de discrecionalidad en esta imposición directa de sanciones". El tribunal confirmó las sanciones contra Geller.

A pesar de la victoria legal, a principios de 1995 el CSICOP aún no había recibido dinero alguno de Geller. Parecía que la organización tendría que gastar aún más recursos legales en un intento de recuperar las sanciones monetarias. El comité sólo se había salvado de la ruina financiera gracias a las contribuciones de simpatizantes y suscriptores a un Fondo de Defensa Legal que había creado para ayudar a pagar los costes de defenderse de las demandas. Randi, con una serie de victorias propias, continuó sus luchas legales contra Geller, pero le habían costado caras. El Fondo de Defensa Jurídica James Randi, de carácter privado, le ayudó a sufragar algunos de sus gastos legales, pero a pesar de ello sufrió terriblemente, tanto desde el punto de vista financiero como de otra índole.

Tras años en una ubicación poco deseable en Buffalo (Nueva York), en 1992 el CSICOP ocupó por fin una sede permanente en los suburbios de Amherst (Nueva York), frente al campus de SUNY-Buffalo, donde fue fundado. El CSICOP hizo planes para celebrar allí su vigésimo aniversario en 1996. En los años anteriores a esa fecha, el CSICOP ha llevado a cabo una campaña de capital para modernizar un edificio existente en el nuevo emplazamiento y levantar uno nuevo que aporte un sentido de permanencia y estabilidad a largo plazo a una organización de la que Paul Kurtz dijo en su fundación: "No sabemos lo grande que llegará a ser nuestro comité ni lo ambiciosos que serán sus esfuerzos".

Kurtz escribió en el Skeptical Inquirer (enero-febrero de 1995): "Cuando se fundó el CSICOP hace 18 años, poco nos imaginábamos que recibiría una acogida tan positiva por parte de personas reflexivas de la comunidad científica y de otros lugares que se mostraban escépticas ante los fenómenos psíquicos, la astrología, la ufología, la homeopatía y las creencias más nuevas y extrañas de la Nueva Era. Tampoco imaginábamos que las afirmaciones paranormales seguirían proliferando por todo el mundo....Gracias... por ayudar a que el Skeptical Inquirer y el CSICOP sean tan relevantes y vitales".

En su libro The New Skepticism [El nuevo escepticismo] (Prometheus 1992) y en un ensayo de Skeptical Inquirer del mismo título (18:139, invierno de 1994), Paul Kurtz contrastó la "investigación escéptica" pragmática o lo que él llamó el nuevo escepticismo con otras formas de escepticismo. "Una diferencia clave entre ésta y las formas anteriores de escepticismo es que es positiva y constructiva. Implica la transformación del análisis crítico negativo de las pretensiones de conocimiento en una contribución positiva al crecimiento y desarrollo de la investigación escéptica. Este escepticismo no es total, sino que se limita al contexto investigado". Pidió que se aplicara a muchos ámbitos, no sólo a las ciencias formales. Y pidió a los investigadores que tuvieran siempre la mente abierta a nuevas posibilidades, "que estuvieran siempre dispuestos a cuestionar o anular incluso los principios mejor establecidos a la luz de nuevas indagaciones". El "nuevo escepticismo" bien puede servir de guía filosófica para el rumbo futuro del Comité.

En su discurso de apertura del congreso del CSICOP de 1994 (publicado en el Skeptical Inquirer con el título "Wonder and Skepticism" [Asombro y escepticismo], 19(1):24-30, enero-febrero de 1995), Carl Sagan, miembro del CSICOP, respaldó sin ambages las virtudes positivas del escepticismo científico. "¿Por qué tiene tanto éxito? "La ciencia ha incorporado mecanismos de corrección de errores... No hay preguntas prohibidas. Los argumentos de autoridad carecen de valor. Las afirmaciones deben demostrarse. Los argumentos ad hominem... son irrelevantes..... Nuestras preferencias no determinan lo que es verdad. Tenemos un método, y ese método no nos ayuda a alcanzar la verdad absoluta, sino sólo aproximaciones asintóticas a la verdad: nunca llegamos a ella, sólo nos acercamos cada vez más, encontrando siempre nuevos océanos de posibilidades por descubrir". Y advirtió a sus colegas escépticos contra la polarización "nosotros contra ellos": "La sensación de que tenemos el monopolio de la verdad.... no es constructiva. No transmite nuestro mensaje". Pidió, en cambio, reconocer "las raíces humanas de la pseudociencia y la superstición" y señalar "que la sociedad ha dispuesto las cosas de modo que la ciencia no se enseña bien". Dijo que lo que se necesita es "una mezcla juiciosa" de "apertura casi total a las nuevas ideas" y "el escepticismo más vigoroso e inflexible". El cuestionamiento escéptico, dijo, "es el precio asequible que pagamos por disponer de los beneficios de una herramienta tan poderosa como la ciencia".

(Extraído de The Encyclopedia of the Paranormal. Editado por Gordon Stein, PhD, Prometheus Books, Amherst New York, 1996. 859 páginas, tapa dura. La entrada se publicó originalmente en inglés como “History of CSICOP” en las páginas 168-180. Versión digital: https://skepticalinquirer.org/history-of-csicop/ Traducción castellana por Deepl.com, adaptada y revisada por Manuel A. Paz y Miño).

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[1] N.T.: Juego de palabras en inglés donde “Star baby” significa “Bebé estelar” pero “Tar baby”, “Bebé de alquitrán”.   

Reseña: Mahner, Martin (2022). Naturalismo. La metafísica de la ciencia

(Trad. del alemán de Francisco José Mota Poveda). Pamplona: Laetoli, 236 págs. Por Manuel A. Paz y Miño, director de Neo-Skepsis   Mahner es...