¿TIENEN EFECTO LAS ORACIONES INTERCESORAS SOBRE LA SALUD Y LA VIDA DE LOS ENFERMOS?

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Humberto Vásquez Cubas, Médico-infectólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM)

Hospital de Emergencias Grau, Centro de investigación de la Unidad de Infectología, Seguro Social de Salud (Essalud), Lima.

Correo-e: humbertovas@gmail.com

Resumen

Fueron examinadas las principales publicaciones de ensayos clínicos y revisiones que evaluaron el efecto de oraciones intercesoras, es decir, plegarias por la salud de otras personas. Ensayos que fueron diseñados con criterios de aleatorización, comparación con grupo control y doble ciego, para medir resultados objetivos en búsqueda de conocer si esa intervención (oraciones intercesoras) tenía efecto superior al grupo control. Los estudios tuvieron resultados distintos, favorables los más antiguos y con muestras pequeñas, mientras que, los estudios más recientes y mejor diseñados, no demostraron efecto favorable alguno de las intervenciones mediante oraciones intercesoras.

Palabras clave: Oración y curación,  oración intercesora

 

Abstract

The main publications of clinical trials and reviews that evaluated the effect of intercessory prayers, that is, prayers for the health of other people, were examined. Trials that were designed with randomization criteria, comparison with the control group and double blind, to measure objective results in search of knowing if this intervention (intercessory prayers) had a greater effect than the control group. The studies had different results, the oldest and with small samples were favorable, while the most recent and best designed studies did not demonstrate any favorable effect of the interventions through intercessory prayers.

Keywords: Prayer and healing.  Prayer intercessory.

 

 

Introducción

Todas las civilizaciones han buscado explicar el origen del mundo y las razones de los acontecimientos naturales, personales y sociales, mediante religiones con diferentes divinidades. Consecuentemente, todas las culturas han asociado las enfermedades y las curaciones a voluntad de divinidades; de ahí las plegarias y los sacrificios de animales y humanos para intentar cambiar la conducta de los dioses.

Es usual que, ante la enfermedad de un ser querido o de un amigo, los chats se llenen de expresiones y ruegos a Dios; también que se organicen misas de sanación y cadenas de oración.

Si bien, no tenemos manera de saber si las plegarias u oraciones son escuchadas, es posible evaluar sus resultados mediante la aplicación de investigaciones objetivas y metódicas.

A diferencia del efecto subjetivo de las oraciones rogando por la propia salud, las oraciones intercesoras, son las plegarias solicitando la curación, sobrevivencia y bienestar de otras personas.

Método

Para esta revisión rápida, se realizó una búsqueda en bases de datos electrónicas de Pub Med y Google Scolar Academic, de ensayos clínicos y revisiones de ensayos clínicos referidos a la intervención mediante oraciones intercesoras; se excluyeron otros medios de “curación a distancia” y oraciones realizadas por el propio paciente. Se evaluó el método y se revisaron los resultados.

Resultados

Se encontraron diversos estudios que han aplicado método científico, es decir, ensayos clínicos, con grupo control, aleatorización, doble ciego y evaluaciones estadísticas, tomando como variable independiente la intervención mediante oraciones intercesoras y, como variables dependientes, diversos resultados finales referidos a la curación y buena evolución de los pacientes.

El primero de ese tipo fue el desarrollado por Byrd (1) en 1988. En una Unidad de Cuidados Coronarios, comparó, asignando al azar 192 pacientes, por quienes se realizaron plegarias cristianas y 201 pacientes que sólo recibieron la terapia estándar. Para evaluar resultados elaboró una tabla con puntajes y concluyó que las oraciones intercesoras al Dios judeocristiano tenían efecto terapéutico en pacientes admitidos a la unidad de cuidados intensivos (UCI) coronaria. Sus resultados, según interpretó, mostraron que el grupo que recibió oraciones intercesoras tuvo menos necesidad de ventilación mecánica y de antibióticos que el que no las recibió. Comentaremos, más adelante, esos resultados.

Harris y colaboradores (2) compararon 524 pacientes de Unidad de Cuidados Críticos, que recibieron terapia convencional, con 466 que recibieron oraciones intercesoras, para comparar los resultados, diseñaron una tabla con puntajes a la que denominaron MAHI-CCU Scoring System. Encontraron una ligera disminución del puntaje entre los del grupo de estudio, es decir, a favor de quienes recibieron oraciones para interceder por su salud: 6.35 ± 0.26 vs 7.13 ± 0.27. Esta diferencia es del 11%. Consideraron que sus resultados respaldan los hallazgos de Byrd y sugieren el posible beneficio de las oraciones intercesoras.  

Otro ensayo clínico (3) con resultados favorables fue el realizado entre 1998 y 1999 en Corea, 199 mujeres que planeaban fertilización in vitro y transferencias de embriones fueron divididas en dos grupos, uno que recibía oraciones intercesoras (100 mujeres) y otro sin éstas (99 mujeres). Reportaron una tasa de embarazo del 50 por ciento en comparación con una tasa del 26 por ciento en el grupo de mujeres que no tenían personas orando por ellas. 

Un estudio con pequeña población (4) comparó dos grupos compuestos por 20 pacientes con SIDA cada uno. El grupo que recibió oraciones intercesoras requirió menos visitas al médico (9,2 versus 13,0), menos hospitalizaciones (0,15 versus 0,6) y menos días de hospitalización (0,5 versus 3,4). No hubo diferencias significativas en los recuentos de linfocitos CD4. No se menciona comparación entre cifras de cargas virales entre los grupos ni mortalidad.

El estudio más sorprendente, por su inusual diseño, fue el publicado por Leonard Leibovici (5) (6) quien, considerando que, para un ser todopoderoso, no le sería posible modificar el pasado, diseñó, el año 2000, una intervención sobre casos de infecciones del torrente sanguíneo ocurridas entre 1990 a 1996, para evaluar el efecto retroactivo de oraciones intercesoras. Los resultados no mostraron diferencia sobre mortalidad, pero sí, una menor estancia hospitalaria y menor duración de fiebre, en el grupo de 1,691 casos que recibieron oraciones, comparado con 1,702 controles.

Astin, en el año 2000, realizó una revisión sistemática de las publicaciones sobre curaciones a distancia (7). Cinco de esas intervenciones eran oraciones intercesoras, entre ellas están las de Byrd y Harris con los resultados favorables ya mostrados y tres que no encontraron diferencias significativas entre los grupos comparados.

El año 2013 se realizó un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, que evaluó resultados de oraciones intercesoras en 289 gestantes (8) comparado con otro grupo con el mismo número de gestantes que no recibieron oraciones intercesoras. Los resultados a evaluar fueron: Tipo de parto, peso al nacer y Apgar (escala para valorar estado de salud del recién nacido al minuto y a los 5 minutos).  No se detectaron diferencias significativas en la frecuencia de resultados adversos en las gestantes que practicaban la oración intercesora y las del grupo control, es decir, no detectaron efecto favorable.

Dos trabajos similares evaluaron el efecto de las oraciones sobre curación de verrugas de piel (9) (10), el primero, con 84 pacientes divididos en grupos comparados de 41 y 43 pacientes; en el segundo participaron 45 musulmanes (obviamente con oraciones a Alá). En ninguno de los dos estudios hubo diferencias en resultados entre los grupos comparados, ni en el número, ni en el tamaño de las verrugas.

Benson y colaboradores (11) realizaron un ensayo clínico en 6 hospitales de Estados Unidos con pacientes con cardiopatía isquémica, programados para by pass coronario. Los pacientes fueron asignados a tres grupos de alrededor de 600 cada uno (604, 597 y 601). Dos grupos recibieron oraciones intercesoras con la diferencia que un grupo tenía certeza de que recibiría oraciones y el otro no. El tercer grupo no recibió oraciones y no sabía si las recibiría o no. Las oraciones se realizaron por 14 días, iniciándose la noche previa a la cirugía coronaria.

Se evaluaron las complicaciones ocurridas dentro de los 30 días posteriores a la operación, incluyendo mortalidad. Entre los grupos que recibieron oraciones hubo 52% de complicaciones en el grupo que no tenía certeza de si recibieron o no la intervención y 59% en el que sabía que había orado por su salud.  El grupo que no recibió oraciones tuvo 51% complicaciones.

Es decir, no hubo diferencia entre recibir o no oraciones respecto a complicaciones; sin embargo, en el tercer grupo, cuyos integrantes recibieron oraciones y lo sabían, hubo 7% más de complicaciones, comparado con los que no tenían certeza de haberlas recibido; esto es, uno de cada 14 tuvo efecto negativo.

La mortalidad a los 30 días posteriores a la cirugía coronaria fue similar en los tres grupos.

Aviles, Whelan y otros (12), evaluaron 799 pacientes de cuidados coronarios, un grupo recibió oraciones durante 26 semanas, al menos una vez por semana, por un equipo de 5 creyentes por paciente. Los resultados a evaluar fueron: paro cardiaco, reingreso a hospitalización, revascularización de emergencia y muerte por enfermedad cardiovascular durante ese período de 26 semanas.

Uno de esos resultados finales ocurrió en 25.6% del grupo que recibió oraciones y 29.3% en el grupo control. La diferencia no fue estadísticamente significativa puesto que la OR tuvo intervalos de confianza entre 0.6 y 1. Respecto a mortalidad, en el grupo que recibió oraciones fue de 9% y en el grupo control, es decir sin la intervención, fue de 8.1%, también sin diferencia estadísticamente significativa. La conclusión fue que no hubo efecto sobre los resultados después de hospitalización en una unidad de cuidados coronarios.

En 9 hospitales (Estados Unidos) 748 pacientes, sometidos a cateterismo electivo o a cirugía coronaria, fueron divididos al azar en grupos para intervenciones mediante oraciones, otras terapias alternativas denominadas terapia MIT (música, imágenes y tacto) y ninguna, es decir, tratamiento estándar (13).

Se evaluó resultados correspondientes a eventos cardiovasculares adversos mayores en el hospital y reingreso o muerte a los 6 meses.

La distribución fue: 192 solo atención estándar, 182 oración solamente, 185 terapia MIT solamente y, tanto la oración como la terapia MIT, 189.

No se encontraron diferencias significativas para el criterio principal de valoración compuesto en ninguna comparación de tratamientos.

La revisión con meta análisis, realizada por Kevin, Spielmans y Goodson (14) evaluó 14 estudios referentes a resultados de las oraciones intercesoras, concluyendo que: “no hay efecto científicamente discernible para oraciones intercesoras evaluadas en estudios controlados” y recomiendan no invertir más recursos en esa línea de investigación.

Una de las más prestigiosas instituciones evaluadoras de investigaciones, mediante revisiones sistemáticas es la Colaboración Cochrane, conformada por epidemiólogos y metodólogos de diferentes lugares del mundo. L. Roberts, I. Ahmed y S. Hall publicaron su revisión (15) en el año 2000. No encontraron ninguna evidencia de que la oración, en favor de otros, afectara el número de personas que mueren por leucemia o enfermedades cardiacas.

En Alemania, el año 2003, Edzard Ernest (16) volvió a evaluar, mediante revisión sistemática e incluyó otras terapias alternativas, además de las oraciones a distancia, concluyendo que no eran más que un placebo.

No hemos encontrado nuevas revisiones sistemáticas realizadas en los últimos años.

  

Discusión

Hemos revisado los principales estudios con metodología científica respecto a la observación y medición de efectos de las oraciones, realizadas por terceras personas, pidiendo sobrevivencia y salud de los enfermos. Oración intercesora significa que una persona realiza una oración por el beneficio de otra.

En primer lugar, expusimos los estudios con resultados aparentemente favorables y posteriormente, aquellos en los cuales no se encontró efecto alguno.

Randolph Byrd elaboró una tabla con 29 variables y estableció puntajes. En 23 variables no hubo diferencia entre el grupo que recibió oraciones y el control. En 6 variables hubo resultados favorables, interpretables como efecto de las plegarias religiosas, esas variables fueron: Neumonía, uso de antibióticos, intubación, insuficiencia cardiaca, uso de diuréticos y paro cardiopulmonar.  Si por azar uno de esos grupos tuvo más casos que desencadenaron insuficiencia cardiaca, entonces, neumonía y las demás variables están asociadas. Se estima que los pacientes con insuficiencia cardiaca tienen tres veces más neumonía que la población similar (17).

Aunque no ocurrió, era probable que el grupo con más insuficiencia cardiaca y neumonías tuviera mayor mortalidad, con lo cual los resultados hubieran sido aparentemente más favorables.

Harris presenta su estudio como una corroboración del de Randolph Byrd, en la escala que elaboró obtuvo un 11% de ventaja en puntuación, un efecto en sí muy deficiente para ser considerado respuesta divina. Cuando, a esos resultados, aplicó la escala de Byrd, no resultaron diferencias significativas entre los grupos comparados.

Respecto al estudio con pequeños grupos de pacientes con SIDA, es pertinente comentar que, los resultados de muestras muy pequeñas son más sensibles al azar, es decir, al sesgo de selección. En este estudio hubo un fallecido en el grupo sin oraciones, esa diferencia puede sesgar resultados como número de hospitalizaciones y días de estancia, explicables por el mismo caso.

La misma observación sobre sensibilidad al sesgo de selección puede hacerse para los estudios sobre fertilidad in vitro. Los resultados de ese estudio no mostraron diferencias significativas excepto en la frecuencia de macrosomías, es decir, las oraciones sólo habrían sido “escuchadas y aceptadas” para reducir en 3.6% esa alteración.

El trabajo más sorprendente, el de Leibovici, mostraba como, años después de los resultados, se produjo beneficios retroactivos al realizar oraciones. Aunque la mortalidad no cambió, sí hubo menos fiebre y menor estancia hospitalaria en el grupo que, años después, recibió las plegarias religiosas. Este estudio indicaría que, la oración no solo sería efectiva, sino que también podría cambiar el pasado.

Leibovici escribió más tarde que personalmente no se tomó en serio estos resultados. Aunque el autor no inventó los resultados, su publicación es una advertencia de que los ensayos controlados y aleatorios pueden tener resultados diferentes; por ello, la importancia de las revisiones con meta análisis de múltiples ensayos.

Ronagh and Souder (18) comentaron el trabajo de Leibovici en la revista Neuroskeptic de diciembre 2014. “Cada año, en sus publicaciones de navidad, el British Medical Journal publica algunas de bromas científicas, el trabajo de Leibovici fue una de ellas”. “…lo curioso es que, en artículos y revisiones posteriores los resultados de ese estudio son citados como reales”.

En general, los estudios con resultados favorables a la hipótesis de eficacia, no cumplen con los estándares de los estudios aleatorizados y controlados en varios aspectos y no siempre especifican las variables de resultado (19)

Andrade y Radhakrishnan, del Departamento de Psicofarmacología del National Institute of Mental Health and Neurosciences, Bangalore – India, escribieron una detallada reflexión sobre los estudios controlados de oraciones y curaciones (20).

 Resaltan diversas dificultades para operacionalizar variables:

· Tipo de religión (católica, judía, evangélica, musulmana).

· Intensidad de la fe con la que se realice el rezo.

· Cantidad de oraciones, personas orando, duración de las plegarias.

· Oraciones particulares o misas de sanación.

· Solicitud de sanación para enfermedad leve o severa (neoplasias malignas, metástasis avanzadas, accidente cerebrovascular severo, sepsis, shock séptico).

· Características religiosas y morales del paciente por el cual se reza.

· Entidad en la que se dirigen las oraciones (Virgen María, Jesús, santos católicos o directamente a Dios).

Llama la atención la ausencia de ensayos clínicos de este tipo, en los últimos 15 años, es probable que se haya seguido la recomendación de Kevin, Spielmans y Goodson: “no invertir más recursos en esa línea de investigación”.

En la búsqueda de otras publicaciones encontramos la revisión sistemática: “Intercessory prayer: a systematic review of the literature”, año 2013 (21) trabajo que, concluye:

“A pesar de no tener evidencia científica en cuanto a la aplicabilidad de la oración  intercesora, los autores estamos convencidos que la misma debe ser utilizada en el cuidado de la salud, ya que orar es siempre bueno.” Conclusión que no procede del estudio.

Mientras las ciencias se ocupan del conocimiento de la realidad, utilizando métodos de contrastación o con base en lógica y matemáticas; estudiar milagros puede ser un intento vano y contradictorio.

La intervención divina en los asuntos particulares de cada ser humano, no es compartida por los deístas, quienes creen en la existencia de un ser supremo, pero no en supersticiones, milagros, tampoco en la predestinación inexorable de los acontecimientos que determinen la historia personal, incluyendo enfermedades y fallecimiento.

Un ser todopoderoso y misericordioso evitaría el terrible sufrimiento de padres de niños con neoplasias malignas o enfermedades genéticas severas, sin depender de insistentes oraciones. Creer que las oraciones intercesoras y las misas de sanación (quizás la mejor manera de oración intercesora) tendrán efecto para cambiar la voluntad divina implica creer que, los simples humanos, podemos decirle a Dios lo que debe hacer.

Conclusiones

· Se puede apreciar que las dos principales características de ensayos con resultados favorables, consisten en su antigüedad y en deficiencias en su diseño metodológico: muestras pequeñas, resultados finales imprecisos, escalas con puntuación de muchas variables.

· Los estudios más recientes y mejor diseñados, no demostraron efecto favorable alguno de las intervenciones mediante oraciones intercesoras.

· No se ha encontrado ninguna evidencia de resultados favorables de las oraciones intercesoras sobre la sobrevivencia frente a enfermedades terminales, es decir, no hubo ningún beneficio sobre reducción de mortalidad; tampoco hay evidencia sobre la recuperación de tumores malignos, daños cerebrales irreversibles, curación de enfermedades genéticas incapacitantes, emergencias quirúrgicas, infección por VIH, etc.

  

Referencias bibliográficas

1: Byrd RC. Positive therapeutic effects of intercessory prayer in a coronary care unit population. South Med J. 1988 Jul;81(7):826-9. doi: 10.1097/00007611-198807000-00005. PMID: 3393937.

2. Harris W, Gowda M, Kolb J, Strychacz C, Vacek J, Jones P, Forker A, O'Keefe J, McCallister B. A randomized, controlled trial of the effects of remote intercessory prayer on outcomes in patients admitted to the coronary care unit. Archives of Internal Medicine 1999;159:22738.  doi:10.1001/archinte.159.19.2273

3. Cha, K. Y., Wirth, D. P., & Lobo, R. A. (2001). Does prayer influence the success of in vitro fertilization-embryo transfer: Report of a masked, randomized trial. Journal of Reproductive Medicine, 46(9), 781-787.

4. Sicher F, Targ E, Moore D I I.et al A randomized doubleblind study of the effect of distant healing in a population with advanced AIDS. Report of a small scale study. West J Med 1998169356–363

5. Leonard Leibovici: Effects of remote, retroactive intercessory prayer on outcomes in patients with blood stream infection: randomized controlled trial. BMJ.  2001 Dec;323(7327):1450-1.  doi: 10.1136/bmj.323.7327.1450.

6. Andrew M. Thornett, Shehan Hettiaratchy, Carolyn Hemsley, John Hopkins, Michael J. Brownnutt, Christopher I. Price, Max Lagnado, Stephan A. Schwartz, Stephen L. Black and Leonard Leibovici: Effect Of Retroactive Intercessory Prayer. BMJ: British Medical Journal, pp. 1037-1039.

7. John A. Astin, PhD; Elaine Harkness, BSc; and Edzard Ernst : The Efficacy of “Distant Healing”: A Systematic Review of Randomized Trials.  Ann Intern Med. 2000;132:903-910.
8. Da Rosa MI, Silva FR, Silva BR, Costa LC, Bergamo AM, Silva NC, Medeiros LR, Battisti ID, Azevedo R. A randomized clinical trial on the effects of remote intercessory prayer in the adverse outcomes of pregnancies. Cien Saude Colet. 2013 Aug;18(8):2379-84. doi: 10.1590/s1413-81232013000800022. PMID: 23896920.

9. Harkness EF, Abbot NC, Ernst E. A randomized trial of distant healing for skin warts. Am J Med. 2000 Apr 15;108(6):448-52. doi: 10.1016/s0002-9343(00)00342-9. PMID: 10781776.

10.  Hoşrik EM, Cüceloğlu AE, Erpolat S. Therapeutic Effects of Islamic Intercessory Prayer on Warts. J Relig Health. 2017 Dec;56(6):2053-2060. doi: 10.1007/s10943-014-9837-z. PMID: 24535044.

11. Benson H, Dusek JA, Sherwood JB, Lam P, Bethea CF, Carpenter W, Levitsky S, Hill PC, Clem DW Jr, Jain MK, Drumel D, Kopecky SL, Mueller PS, Marek D, Rollins S, Hibberd PL. Study of the Therapeutic Effects of Intercessory Prayer (STEP) in cardiac bypass patients: a multicenter randomized trial of uncertainty and certainty of receiving intercessory prayer. Am Heart J. 2006 Apr;151(4):934-42. doi: 10.1016/j.ahj.2005.05.028. 

12. Aviles JM, Whelan SE, Hernke DA, Williams BA, Kenny KE, O'Fallon WM, Kopecky SL. Intercessory prayer and cardiovascular disease progression in a coronary care unit population: a randomized controlled trial. Mayo Clin Proc. 2001 Dec;76(12):1192-8. doi: 10.4065/76.12.1192. PMID: 11761499.

13. Krucoff MW, Crater SW, Gallup D, Blankenship JC, Cuffe M, Guarneri M, Krieger RA, Kshettry VR, Morris K, Oz M, Pichard A, Sketch MH Jr, Koenig HG, Mark D, Lee KL. Music, imagery, touch, and prayer as adjuncts to interventional cardiac care: The Monitoring and Actualization of Noetic Trainings (MANTRA) II randomised study. Lancet. 2005 Jul 16-22;366(9481):211-7. doi: 10.1016/S0140-6736(05)66910-3. PMID: 16023511.

14. Masters KS, Spielmans GI, Goodson JT. Are there demonstrable effects of distant intercessory prayer? A meta-analytic review. Ann Behav Med. 2006 Aug;32(1):21-6. doi: 10.1207/s15324796abm3201_3. PMID: 16827626.

15. Roberts L, Ahmed I, Hall S. Intercessory prayer for the alleviation of ill health. Cochrane Database of Systematic Reviews2000, Issue 2. Art. No: CD000368. DOI: 10.1002/14651858.CD000368.

16. Edzard Ernst: Distant healing – an “update” of a systematic review
Wien Klin Wochenschr (2003) 115/7–8: 241–245

17. Shen L, Jhund PS, Anand IS, Bhatt AS, Desai AS, Maggioni AP, Martinez FA, Pfeffer MA, Rizkala AR, Rouleau JL, Swedberg K, Vaduganathan M, Vardeny O, van Veldhuisen DJ, Zannad F, Zile MR, Packer M, Solomon SD, McMurray JJV. Incidence and Outcomes of Pneumonia in Patients with Heart Failure. J Am Coll Cardiol. 2021 Apr 27;77(16):1961-1973. doi: 10.1016/j.jacc.2021.03.001. PMID: 33888245.  

18. Ronagh and Souder: The Ethics of Joke Science, Neuroskeptic Dec 20, 2014. Disponible en: https://www.discovermagazine.com/mind/the-ethics-of-joke-science

19. Sloan RP, Ramakrishnan R. Science, medicine, and intercessory prayer. Perspect Biol Med. 2006 Autumn;49(4):504-14. doi: 10.1353/pbm.2006.0064. PMID: 17146135; PMCID: PMC3275584.

20. Adrade C, Radhakrishnan R. Prayer and healing: A medical and scientific perspective on randomized controlled trials. Indian J Psychiatry 2009;51:247-53

21. Csizmar Carvalho, Camila et al: Intercessory prayer: a systematic review of the literature. Index Enferm. Granada,  v. 22, n. 3, p. 186-190,  Sept.  2013. . Available from https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962013000200017&lng=en&nrm=iso

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