CULTOS SUICIDAS: EL DÍA DESPUÉS

Alejandro Agostinelli, periodista, escritor y productor de TV argentino*
Correo-e: aagostinelli@gmail.com


Resumen: A comienzos de los 90, los platillistas argentinos vivieron su propia fiebre milenarista. Hoy algunos se sienten sobrevivientes. A otros, el caso de la secta suicida [Portada del Cielo], los pone en una posición difícil.
Palabras clave: Argentina, ovnis, secta, Portada del Cielo

Poco antes de fin del milenio, una brigada antiterrorista de la Policía Metropolitana de Gran Bretaña parecía más preocupada por las posibles influencias trágicas de series de ciencia ficción como X Files o Star Trek que por las amenazas reales, como las precuelas del 11-S, que derivaron en un reguero de atentados en Europa, entre otros uno el 7/07/2005 en Londres, donde murieron 56 personas y otras 700 resultaron heridas.

Evidentemente, el suicidio en masa ocurrido en marzo de 1997 en San Diego, California, donde se quitaron la vida 39 integrantes del grupo Puerta de Cielo (Heaven’s Gate), y poco después los suicidios y muertes de la Orden del Templo Solar, avivaron los temores de los mismos expertos que a lo mejor estaban trazando otros paralelismos extravagantes cuando no consiguieron evitar ni esclarecer el atentado contra el famoso vuelo 103 de la Pan American el 21/12/1988, cuyos restos llovieron sobre una ciudad escocesa y en el que murieron 270 personas.

La idea que está por detrás de este asunto es la siguiente: si dos o tres episodios “sectarios” terminaron mal, eso implica que existen razones para atribuir un estado de peligrosa latencia en grupos parecidos. Esta amenaza, claro, puede tener cierto grado de plausibilidad. Pero aún así, tales similitudes se pueden hallar en muy poquitos casos y nunca en todos los que algunos alarmistas pretenden.

Ahora bien, ¿merecía ser tomada en serio la hipótesis según la cual algunas series de ciencia ficción, en conjunción con el Milenio, podían inspirar episodios de violencia extrema? ¿Alguna vez tuvo sustento? Scotland Yard llegó a pensar que sí, según un archivo secreto titulado Nuevos Movimientos Religiosos OVNI y el Milenio, desclasificado a pedido del doctor Dave Clarke cuando trabajaba para su libro How UFOs Conquered the World: The History of a Modern Myth ([Cómo los ovnis conquistaron el mundo: la historia de un mito moderno], Aurum Press, 2015).

Quienes prepararon aquel informe no parecen haber sido bien asesorados: se basaron, por ejemplo, en la afirmación según la cual series de televisión o canciones de rock ejercen una influencia considerable entre quienes aseguran estar en contacto con extraterrestres. Según el informe, estos shows podrían causar un impacto imperceptible entre los desprevenidos ya que sus productores “saben qué botones psicológicos presionar para atraer el interés de los espectadores”. No presentan evidencias para establecer esas correlaciones. Al contrario, éstas parecen ser manifestaciones relacionadas con un clima de época.

Según Clarke, el documento fue elaborado poco después del suicidio en masa del culto ovni Puerta del Cielo, cuando preocupaba que sucediera “una tragedia similar o peor en Gran Bretaña”. Tampoco estábamos lejos de la masacre de Waco, ocurrida en 1993. En 1997, a raíz del 50 Aniversario del incidente Roswell, la ufomanía volvía a estar de moda: “En ese momento el público británico que navegaba internet, que acababa de imponerse, era un hervidero de rumores sobre alienígenas y encubrimientos”, observó Clarke.

En algunas entrevistas la policía británica negó tener conocimiento de estos hechos, a lo que Clarke replicó con un fragmento del expediente.

Por entonces, la Argentina atravesaba una fiebre similar. La única diferencia, tal vez, fue que el conocimiento popular de la ufología religiosa estaba más extendido que en Inglaterra debido a la difusión que alcanzaron dos acontecimientos diferentes: las noticias, coberturas y controversias ovni que fomentaron un nuevo turismo místico con destino al cerro Uritorco (1986) y el caso del Lineamiento Universal Superior (LUS), una asociación contactista equívocamente relacionada con hechos de violencia a mediados de 1992. El suicidio en masa de Puerta del Cielo tuvo entre nosotros una repercusión enorme y proporcionó al menos un (discutible desde el punto de vista de motivos e influencias) ejemplo de “seguidismo” un año después, cuando se quitó la vida Guillermo Romeu, líder del grupo ufo-evangélico Radar-1.

En mayo de 1997 escribí en la revista argentina Descubrir [reproducido en la peruana Neo-Skepsis # 2] un artículo titulado "Ovnilatría, el fin de la inocencia", que, pese a las calamidades que inflige el paso del tiempo, viene a cuento reeditar. ¿Motivo? Uno de ellos es casi doméstico: decir que siempre me molestó ese título. Por cierto (Descubrir era de Editorial Perfil), la nota lo contradice. El movimiento contactista siempre fue “inocente”. Pero los periodistas -¡ay!- solemos escribir sobre excepciones. Como los invasores a los que les dediqué un libro diez años después, aunque aquel título cifraba una ironía deliberada. Nunca -ni antes ni después- fue para tanto.


* Autor de Invasores. Historias reales de extraterrestres en la Argentina (Random House, 2009) y editor de Factorelblog.com

(Publicado originalmente en:
https://factorelblog.com/2015/06/04/cultos-suicidas-el-dia-despues/
en junio 4, 2015).





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