domingo, 18 de febrero de 2024

Reseña: Mahner, Martin (2022). Naturalismo. La metafísica de la ciencia

(Trad. del alemán de Francisco José Mota Poveda). Pamplona: Laetoli, 236 págs.

Por Manuel A. Paz y Miño, director de Neo-Skepsis 

Mahner es doctor en zoología por la Universidad Libre de Berlín y fue investigador becado de Mario Bunge en la Universidad McGill de Canadá, con quien coescribió Fundamentos de biofilosofía (Siglo XXI, 2000) y a quién le dedica póstumamente su Naturalismo (p. 9).

Los problemas que trata Mahner en su libro, como rápidamente veremos, son parte de la filosofía de la ciencia, específicamente la metafísica y la ontología de la ciencia. De ese modo, demuestra racionalmente que para que hacer ciencia y explicar científicamente la realidad o la naturaleza no necesitamos postular entidades sobrenaturales.

Ya en el prólogo el autor aclara la postura que achaca al naturalismo de reduccionismo al tratar de entender los fenómenos sociales cuando en realidad tiene más de un concepto (p. 7).

También aclara muy bien que no son iguales naturalismo y materialismo y que sus antagónicos son el sobrenaturalismo y el idealismo respectivamente. Precisamente el tema central de su obra es el vínculo entre la ciencia con el naturalismo y el supranaturalismo; defenderá el naturalismo como presupuesto de la ciencia (p. 8).

En la introducción o capítulo 1, nos dice que, gracias al avance de las ciencias naturales, desde la Ilustración, la concepción que se forjó del mundo es naturalista, es decir, “el universo existe por sí mismo, precede a nuestro afán por conocer y nada ocurre en él que sea anómalo…es increado, real y nomotético [opera según leyes naturales]” (p. 11).

Al avance del naturalismo se le oponen las religiones y las filosofías idealistas (pp. 11-12) y al ser “un presupuesto filosófico de la ciencia…[es] una parte indispensable de sus presupuestos y reglas de juego fundamentales” que posibilita el conocimiento científico (p. 13). El naturalismo es, entonces, una metafísica de las ciencias naturales y sociales (p. 14).

Cada uno de los siguientes 8 capítulos plantea una serie de interrogantes y termina con las tesis principales a modo de resumen.

Entre las tesis principales del capítulo 2 están: que no se puede decirse nada de lo sobre lo  transnatural, pues es una categoría vacía; y que algo se puede comprender de las  entidades sobrenaturales al derivarse de lo natural y,  por su  carácter relativamente antropomórfico (p. 42).

En las del cap. 3: "Los  métodos científicos empíricos,  como la  observación,  la  medición y el experimento,  presuponen diversos supuestos metafísicos, como el  realismo,  el  principio de  nomoteticidad,  el  principio  "Nada procede de  la  nada"  y  un  principio  de  antecedencia  y de  causalidad". Pero el   supranaturalismo  niega o viola  estos  principios metafísicos, a excepción del  postulado  del  realismo (p. 63).

En el cap. 4 sostiene como tesis, entre otras, que, para tener pruebas empíricas de  lo sobrenatural,  éste debe interactuar con  lo natural.  Para eso,  debe poseer parte,  o poder tener,  propiedades naturales; y que "[l]a afirmación  empirista  de  que se  puede medir,  con independencia  de supuestos metafísicos,  la  plausibilidad  de  hipótesis, tanto naturales como sobrenaturales, con ayuda de  la teoría de  la confirmación bayesiana,  procesando neutralmente con ella las evidencias empíricas, ignora el  hecho de  que ya  la  recolección de pruebas admisibles presupone el  naturalismo" (p. 83).

Unas tesis del cap. 5 sostienen que las  explicaciones supranaturalísticas estarían demarcadas a lo sobrenatural al ser explicaciones intencionales que sólo se comprenden si exponen de modo  antropomórfico las entidades explicativas. “Lo transnatural no posee ninguna  clase de fuerza explicativa"; y las  explicaciones sobrenaturales  explican “todo” o lo hacen falsamente.  No sirven como explicaciones científicas; "Las explicaciones sobrenaturales de un estado de cosas s apenas si tienen más  fuerza explicativa que el enunciado “No sabemos qué ha causado s”" (pp. 103-104).

El resumen del cap. 6 plantea, entre otras cosas, que lo que se cree verificación empírica  de lo sobrenatural  no demuestra  en verdad ser sobrenatural, sino paranatural; y no se puede deducir empíricamente  lo  sobrenatural  por las supuestas faltas de explicación  en lo  normal y lo  natural.   La  investigación  de la  naturaleza  con  medios  naturales no puede salir  de  sus fronteras (pp. 133-134).

El cap. 7 dice que a pesar del triunfo de las  ciencias reales prueba el naturalismo  metafísico,  no lo  fundamenta, y que la metodología  científica no se libra de metafísica al explicarse  o fundamentarse por el naturalismo  metafísico. “La  metodología  científica  no es ontológicamente  neutral  respecto al  naturalismo o supranaturalismo, porque el último conlleva  una metodología  propia  irreconciliable  con la  metodología  científica” (p. 153).

El cap. 8 enuncia que “[l]a relación de naturalismo  y ciencia  no  es,  en  contra  de  la  crítica antinaturalística, una lamentable autolimitación de la  ciencia, sino la única posibilidad  de conocimiento  objetivo”,  “[p]ara  la  demarcación  de ciencia y pseudoclencla,  es  legítimo  usar la  pregunta  por la  compatibilidad  con  el  naturalismo  metafísico  como uno de varios  criterios  de demarcación”, y que el “naturalismo, como metafísica de  presupuestos, excluye un  naturalismo epistemológico fuerte, según el  cual  la ciencia  no está sometida  a  ninguna clase de  presupuestos  filosóficos”.  Esto es, los naturalistas metafísicos no  pueden ser,  al mismo tiempo,  naturalistas epistemológicos fuertes (p. 174).

El cap. 9 defiende que, si la religión  y la ciencia tienen como objetivo expresar algo verdadero sobre  el mundo, entonces entran  en contradicción y que los científicos que aprecian una representación coherente   del  mundo no pueden  aceptar, al mismo tiempo, dos cosmovisiones con metafísicas  y metodologías incompatibles (pp. 183-184).

El cap. 10 trata de la conclusión del libro, en definitiva: “El naturalismo  metafísico es  una condición  necesaria de las  ciencias reales” (p. 185).

Luego vienen todas las notas (pp. 189-214) contenidas en todos los capítulos del libro y la abundante bibliografía usada (pp. 215-228).

En suma, es una obra muy completa, muy útil para aquellos que quieran saber más de los presupuestos metafísicos de la ciencia y la investigación científica, así como de la demarcación entre ciencia y pseudociencia y de lo natural y lo sobrenatural y la incompatibilidad de éste con una concepción naturalista y empírica de la realidad.

Huanta, 1ro. de noviembre del 2023

(Publicado originalmente en la Revista Peruana de Filosofía Aplicada # 24)

 IR A NEO-SKEPSIS #16: ESCEPTICISMO EN EL MUNDO (II) 


miércoles, 20 de diciembre de 2023

SINO Y DESTINO DE LA ASOCIACIÓN RACIONAL ESCÉPTICA DE VENEZUELA

 
(Foto de Instagram)
Jesús Omar Guevara Rivas (1990-2021), 
Docente, Escuela de Psicología, Universidad Bicentenaria de Aragua, Venezuela

También se la conoce como AREV, por sus siglas en español. La descripción en su página web reza lo siguiente1:

La Asociación Racional y Escéptica de Venezuela (AREV) es una organización independiente y sin fines de lucro, integrada por personas de mente abierta que se han unido con la finalidad de divulgar el escepticismo y el pensamiento racional, y de poner bajo escrutinio científico las afirmaciones místicas y seudocientíficas con las que somos bombardeados cada día. La asociación promueve la ciencia y el pensamiento crítico como vías fundamentales para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, dotándolos de las herramientas escépticas indispensables para enfrentar las afirmaciones gratuitas y extravagantes de los mercachifles de la superstición, de los buhoneros de lo paranormal y de los traficantes de misterios, que especulan con la ignorancia del público para obtener grandes dividendos, al ofrecer panaceas y respuestas rápidas (y falsas) a la enfermedad, la miseria y la incertidumbre humanas.

   La AREV es, virtualmente, la única asociación a nivel nacional dedicada a la divulgación del pensamiento crítico y escéptico, con un especial énfasis en luchar contra las pseudociencias, sobre todo contra la pseudomedicina y el psicoanálisis; y, con la llegada del movimiento del «Nuevo Ateísmo» a finales de la década de los 2000, ha hecho también menciones de las consecuencias perversas del pensamiento religioso, lo que impulsó en su momento cierto crecimiento del movimiento escéptico venezolano, aunque de forma más bien desestructurada y sin demasiada organización.

El producto s acabado de la AREV es la revista Lúcido2, publicada hasta el o 2010 en formato digital. Su comité editorial, en su última edición, lo conformaban Jorge Araica, Ricardo Babarro, Guido Nuñez, Álvaro Osorio, Jesús Pineda, Sami Rozenbaum y Domingo Subero, siendo el coordinador del equipo Sami Rozenbaum. Todos ellos, miembros de la AREV.

Portada de la última edición (Nº 29) de la revista digital Lúcido, que se publicó durante 9 años.

Al redactar estas líneas, tenemos la fortuna de contar con el testimonio de Guido Núñez, hoy viviendo en EE.UU., y que relata cómo la Asociación Racional tuvo unos inicios bastante humildes y hasta un tanto irónicos, en los que jugó un papel relevante la experiencia personal de librarse (por los pelos) del fanatismo religioso, así como el toque humorístico que desde siempre ha estado asociado a los escépticos y naturalistas desde Demócrito: «Me metí a buscar en Internet y entré a varias páginas que no solo me dejaron claro el asunto sino que me libraron del cristianismo». Guido especifica: «Yo estaba a punto de meterme a Testigo de Jehová, pero lo de la evolución no me cuadraba».

La búsqueda de s información impulsada por la curiosidad en la incipiente internet del o 2000 daría con la respuesta. Uno de ellos era la página (alojada en Geocities) de Javier Garrido Paraciencias al a3.

[La página] tenía artículos excelentes... Y yo empiezo a escribir. Me pongo en contacto con Javier y empezamos a mandar cartas. Febrero de 2001 llega y yo me compré El mundo y sus demonios como regalo de cumpleaños. (…) en el transporte público escuchaba avisos de brujos y decidí ir a visitar a una bruja diciendo que era miembro de la AREV.

Nos narra Guido.

[lo de la AREV] era un chiste a ver cómo reaccionaba. Luego se lo conté a Javier y me dijo: ¿¡Qué coño estamos esperando!? (…) Luego conseguimos a Sami porque empecé a hablar con gente del CSICOP, y me dijeron que Sami estaba [en ese grupo].

Tras sucesivos contactos y el impulso de sus primeros miembros, se logró formar la Asociación Racional Escéptica. Lúcido nació como su órgano divulgativo en diciembre de 2001, y en su primera edición en ese mes justamente expresa que

...[la AREV] nació en febrero de 2001, de manera muy característica para nuestra época, como una lista de correo electrónico en la que nos hemos encontrado profesionales y estudiantes, con una edad promedio que ronda los 30 años. Vivimos en distintas ciudades, por lo que muchos aún no nos conocemos personalmente, pero hemos intercambiado abundante información e ideas al punto que formamos una auténtica comunidad virtual; como corresponde a nuestra definición de escépticos, no son raras las controversias.

Todo gracias a felices casualidades y al siempre valioso intercambio de ideas facilitado por la tecnología.

Lúcido ganó en 2004 el Premio Municipal de Periodismo  Científico «Arístides  Bastidas»,  mención «opinión», otorgado por el Concejo del Municipio Libertador de Caracas. Sus miembros también se hicieron notar en su momento en defensa del pensamiento racional, como Sami Rozenbaum en el IV Congreso Mundial Escéptico del CSICOP en Los Ángeles (2002), o el mismo Guido Núñez como participante de la Primera Conferencia Iberoamericana sobre Pensamiento Crítico de 2005. La AREV también tenía su programa de radio, Ciencia y Leyenda, que era retransmitido vía web4.

De izquierda a derecha: Alejandro Borgo (Argentina), Paul Kurtz (USA), Sami Rozenbaum (Venezuela), y Manuel A. Paz y Miño (Perú) en el 4to. Congreso Escéptico Mundial (Junio del 2002) en Burbank, California.

La sociedad abierta y el escepticismo (o su falta) 

Para bien o para mal, más bien para mal, la Venezuela contemporánea ofrece dificultades adicionales para el desarrollo de cualquier movimiento intelectual, y el escepticismo no es la excepción.

Si bien la Asociación no está formalmente disuelta, no ha dejado de ser víctima de la situación nacional que ha impulsado a la gran mayoría de los ciudadanos de Venezuela a sobrevivir y a ocuparse de cosas más básicas como conseguir comida y medicina. La urgencia del día a día desplaza poco a poco, y en un inicio casi sin notarlo, las actividades más elevadas o que requerirían de mayor atención. Ello sin mencionar la emigración, que ha impedido a varios de sus miembros el reunirse más seguido.

«La política lo mató todo», nos cuenta Guido. Y no, no se trata necesariamente de conflictos entre sus miembros por razones ideológicas. Es la política que hizo imposible vivir normalmente en el país; primero porque acaparó toda la opinión pública, por el ataque sin piedad a las instituciones democráticas durante toda la década del 2000; y luego, por las consecuencias de la posterior crisis económica.

Si hablamos de aplicar el pensamiento racional, Venezuela vive hoy azotada por la irracionalidad en forma de políticas públicas y campea libremente sin coto de ninguna clase. En un entorno tan agreste, en donde las universidades batallan por sobrevivir sin insumos, presupuestos, alumnos, profesores; donde la censura radiotelevisiva es una cruda realidad; donde la sinrazón se lleva vidas humanas sin justificación alguna; y en donde, parafraseando a Carl Sagan, las sombras del pasado se hacen cada vez más fuertes y la razón se queda sola como una pequeña vela. Es en esos lugares y momentos cuando nace una reflexión necesaria: la democracia y la razón mueren en la oscuridad.

Quienes aprecian su sentido crítico deben estar siempre alertas ante cualquier amenaza irracional, aún en la quietud y prosperidad de lo logrado, ya que los vendedores de aceite de serpiente y los agitadores de odio, ira y miedo nunca descansan. Siempre que se pueda, la llama de la ciencia y la razón, por muy débil que sea, debe estar encendida.

Porque el mundo donde gobiernan nuestros demonios no es un buen lugar. Y nunca lo será.

Notas

1- https://arev.wordpress.com

2- Nota del director: Todos los número de Lúcido están en la web: https://arev.wordpress.com/revista-lucido/

3- http://www.geocities.com/jgb64/Pseudo.htm –visible en Wayback Machine–.

4- www.tecnologiahechapalabra.com

 (Publicado originalmente en El Escéptico Nro. 52, verano del 2019, pp. 19 y 20. Versión digital: https://www.escepticos.es/repositorio/elesceptico/articulos_pdf/ee_52/ee_52_sino_y_destino_de_la_asociacion_racional_esceptica_de_venezuela.pdf)

 IR A NEO-SKEPSIS #16: ESCEPTICISMO EN EL MUNDO (II) 


viernes, 27 de octubre de 2023

BREVE HISTORIA DE SKEPP:

EL CÍRCULO DE ESTUDIOS PARA LA EVALUACIÓN CRÍTICA DE LAS PSEUDOCIENCIAS Y DEL PARANORMAL 

Tim Trachet es Bach. en matemáticas y filosofía por la Vrije Universiteit Brussel, ex reportero en la Compañía Flamenca de Radio y Televisión (VRT), presidente fundador y honorario de SKEPP y vice-presidente del Consejo Europeo de Organizaciones Escépticas (ECSO).

El 9 de junio de 1990 se fundó en Bélgica la asociación SKEPP (Círculo de Estudios para la Evaluación Crítica de las Pseudociencias y del Paranormal). Formalmente SKEPP tuvo trece (¡sí!) miembros fundadores. De hecho, sólo doce de ellos firmaron el memorando de asociación ese día. El treciavo no apareció porque... a su casa le había caído un rayo.


El médico y profesor flamenco, ya difunto, Wim Betz (a la derecha) y su colega el británico-alemán Edzard Ernsten, ambos famosos escépticos de las terapias pseudomédicas en una conferencia europea en Londres, 2003.

¿Cómo se llegó a esto? Basándome en mi experiencia personal, diría… que fue culpa de Wernher von Braun. No porque el cohete que desarrolló este alemán causara bastantes bajas durante la Segunda Guerra Mundial, sino porque después de ese conflicto bélico, tal cohete propició un rápido desarrollo de los viajes espaciales, siendo el punto culminante indiscutible los vuelos tripulados a la luna. Esto llevó a un optimismo sin precedentes. Cuando el primer hombre aterrizó en la luna en 1969, los expertos predijeron que el primer hombre aterrizaría en Marte alrededor de 1980, al menos antes de finales de siglo. Todo parecía posible. Y si los humanos podían visitar otros planetas en un futuro previsible, a muchos les parecía obvio que también recibiríamos visitas ocasionales de extraterrestres. Los libros sobre ovnis y civilizaciones extraterrestres tuvieron una gran circulación. Autores como Erich von Däniken se abrieron paso con sus libros sobre la influencia de los extraterrestres en las culturas del pasado y la televisión se llenó de series como OVNI y Los Invasores, por no hablar de Viaje a las estrellas.

Los viajes espaciales también estimularon fuertemente el interés por la astronomía entre los jóvenes. La Asociación de Astronomía en Bélgica (VVS), fundada en 1944, vio una verdadera afluencia de jóvenes astrónomos aficionados, entre ellos el autor de este artículo. A través de la revista de la VVS no sólo recibieron información útil sobre astronomía, sino también algunas advertencias sobre las seudociencias. El editor en jefe señaló continuamente en la revista la “nueva superstición” acerca de los OVNIs y los extraterrestres. En realidad, dijo, no había OVNIs y, en cualquier caso, los astrónomos no vieron ningún OVNI. La mayoría de los OVNIs fueron reportados por observadores inexpertos que nunca habían oído hablar de un amanecer, nunca habían visto un meteoro brillante, no tenían idea de cómo era el planeta Venus o no sabían que la luna puede parecer muy grande cuando está baja en el horizonte. Los libros de von Däniken y otros estaban llenos de tonterías. Era un engaño, o al menos –la palabra ya se mencionaba entonces– una pseudociencia.

Al mismo tiempo, la revista arremetió contra otro tipo de disparates: la astrología. No es nada nuevo que los astrónomos consideraran completamente absurda esta predicción basada en la posición de los cuerpos celestes. Dos siglos antes, el astrónomo y político francés Bailly calificó a la astrología como “la mayor enfermedad que ha afectado a la razón humana”. La relativa marginalidad en la que se encontraba la astronomía durante bastante tiempo se rompió durante los dorados años sesenta gracias a los emergentes movimientos alternativos. Durante la década de 1970, el interés aumentó, especialmente en los medios de comunicación, y comenzó la explotación comercial del sector “alternativo”. Personas interesadas en la ciencia comenzaron a preocuparse cada vez más por las tonterías que surgían. Algunos miembros destacados de la VVS, hicieron declaraciones al respecto en ocasiones en la prensa.

En 1976, la revista estadounidense The Humanist publicó una declaración de más de un centenar de científicos y filósofos contra la astrología. Una copia del comunicado fue publicado en la revista de la VVS. Poco después, el filósofo Paul Kurtz, uno de los impulsores de la declaración, crearía el CSICOP, el actual Comité para la Investigación Escéptica (CSI) en los Estados Unidos.

Ese mismo año, un profesor creó un grupo de trabajo en el seno de la VVS para examinar críticamente las pseudociencias. Inmediatamente se unieron varios jóvenes (incluido el autor). El grupo Prometheus, como se llamó por razones obvias, llevaría a cabo un intenso trabajo de estudio durante más de diez años y al mismo tiempo informaría al público en general a través de artículos, folletos, conferencias y debates con “pseudos” (a veces también en televisión).

En los primeros años sólo se trataba de astrología, OVNIs y temas relacionados, como las teorías de von Däniken. A lo largo de la década de 1980, el grupo asumió cada vez más trabajo y se centró en pseudociencias distintas de aquellas que se consideraban dominios periféricos de la astronomía. Por ejemplo, la parapsicología y el creacionismo.

El CSICOP y su revista Skeptical Inquirer se habían hecho mundialmente famosos. Paul Kurtz y sus empleados visitaban regularmente Europa, organizaban reuniones y animaban a personas con ideas afines a unirse. Así se fundó en 1988 la Fundación Skepsis en los Países Bajos y poco después la GWUP en Alemania. Bélgica ya tenía una organización escéptica, ¡incluso la más antigua del mundo! Desde 1947 ya existía un Comité Belga para la Investigación Científica de Fenómenos Paranormales (conocido como “Comité Para”). Formalmente era una organización bilingüe (en Bélgica tiene dos idiomas oficiales: holandés – o flamenco – en el norte y francés en el sur del país). En la práctica, la mayoría de los miembros y todos los dirigentes del Comité Para eran francófonos.

El grupo Prometheus comenzó entonces a celebrar reuniones con otras personas interesadas y de mentalidad escéptica. Los contactos así establecidos dieron lugar a un grupo informal y más amplio, en el que también participaban psicólogos y médicos. La llegada de los médicos garantizó que ahora también se trataran los problemas médicos. Entre ellos se encontraba Wim Betz, profesor de medicina general en la Universidad de Bruselas que, como médico general, había sido testigo de la influencia perjudicial de la medicina alternativa en pacientes desesperados. Betz consideró seriamente la posibilidad de fundar una asociación contra la charlatanería, siguiendo el ejemplo holandés. Sin embargo, un grupo con sólo médicos escépticos habría sido muy limitado. Se creó entonces un grupo que se ocuparía de las pseudociencias en general.

¿Qué debería pasar ahora? En un principio se pensó en integrarse colectivamente al Comité Para, algunos de los cuales ya eran miembros. Pero el propio Comité Para finalmente pensó que sería mejor tener una asociación separada de lengua holandesa. La decisión estaba tomada. Pronto se aceptó el nombre SKEPP.

Skepp: científicamente aprobado

Gestionar la joven asociación al principio no fue una tarea fácil, sobre todo porque los recursos eran muy limitados. SKEPP vivió –y siempre vive – únicamente de las contribuciones de sus miembros. Afortunadamente, parece que muchas personas están dispuestas a contribuir generosamente a una asociación que, aparte de la revista y alguna que otra conferencia ocasional, tiene poco que ofrecer a sus miembros. Por lo tanto, los miembros entienden que SKEPP está ahí principalmente para lograr sus objetivos y que esto requiere dinero. No es mucho dinero, sobre todo porque todo el trabajo dentro de la asociación es puramente voluntario.

SKEPP ha ganado mucho apoyo y fama desde su fundación. El número de miembros ha aumentado ya a más de mil. Sin embargo, un gran número de miembros no es un objetivo en sí mismo. En lo que respecta a los colaboradores activos, SKEPP todavía tiene escasez de personal. Especialmente nos faltan “expertos”, personas que tengan el coraje y la competencia para estudiar expedientes extraños y controvertidos. Esto puede deberse a que el número de científicos y académicos dentro del SKEPP no ha aumentado tanto como el número total de miembros.

Si comparamos los textos que SKEPP ha publicado a través de su revista y sitio web, vemos la importancia que han tenido los temas médicos en veinte años de funcionamiento. En primer lugar, todo lo relacionado con la medicina alternativa, en la que Wim Betz – lamentablemente fallecido – se ha convertido en una autoridad intenacional. Pero tampoco han escapado a nuestra atención todo tipo de afirmaciones sobre la salud, como los supuestos peligros de la vacunación y la radiación de los teléfonos móviles. Se presta una atención sorprendente a prácticas psicológicas controvertidas, como el psicoanálisis y los métodos modernos de recursos humanos.

Revista Wonder en is gheen Wonder [Maravilla y no es maravilla] 2022 

Revista Skepp 2023

El creacionismo también recibió considerable atención. Bélgica tiene relativamente pocos opositores a la teoría de la evolución, pero ellos son numerosos entre la población musulmana. Por otro lado, se presta menos atención a la parapsicología y al ocultismo de lo que inicialmente se podría haber pensado. La investigación de lo paranormal se limitó a unas pruebas dirigidas por Marc Braem a clarividentes, astrólogos y viajeros astrales. Esto rara vez ha sucedido en los últimos años. Los “psíquicos” no siempre están entusiasmados con la idea de que los escépticos los pongan a prueba, aunque pueden ganar un gran premio en efectivo si la prueba es positiva. En los últimos años se ha prestado mucha atención a las teorías de conspiración y a las opiniones extrañas difundidas en Internet. ¿Cómo podría ser de otra manera?

Finalmente, la presencia de bastantes filósofos en nuestra asociación se ha traducido en numerosos conferencias y artículos con reflexiones filosóficas, quizás más que en otras asociaciones comparables.

Lo más destacado en el ámbito mediático fueron nuestras acciones en torno a un proyecto de ley (1998-1999) que pretendía implementar determinadas medicinas alternativas. Wim Betz criticó duramente y de manera sustancial este proposición del ministro belga de salud. Por otra parte, un ataque de este ministro sobre la supuesta parcialidad de los científicos hacia su proyecto de ley fue respondido con una carta abierta en la prensa. Esto dio lugar a un amargo debate televisivo con el ministro.  Todo ello ha contribuido a que el procedimiento de reconocimiento previsto en la ley se haya endurecido hasta tal punto que todavía no hay reconocimiento más de veinte años después de su aprobación...

Este fue quizás nuestro "mejor momento", junto con la "acción suicida colectiva", en la que miembros y simpatizantes del SKEPP tomaron medicamentos homeopáticos en masa frente a las cámaras, por supuesto sin la menor consecuencia. Un suceso que se convirtió en el primer punto de las noticias de la televisión. Esta "acción suicida" fue adoptada posteriormente por otras sociedades escépticas de todo el mundo.

"Acción suicida colectiva" en la que partidarios de Skepp ingirieron masivamente un remedio homeopático con arsénico y veneno de serpiente pero extremadamente diluidos: diez veces en agua treinta veces seguidas, en Bruselas, 2011.

SKEPP también ha intervenido discretamente en ocasiones para que los medios serios, como la radio y televisión pública, dejen de prestar atención acrítica a este tipo de tonterías. A menudo con resultados favorables.

El mero hecho de que existamos es positivo: la gente nos conoce. Nuestro sitio web es muy consultado. Los periodistas saben a dónde acudir para obtener una respuesta crítica ante alguna noticia extraña. Los estudiantes nos piden ayuda para completar un proyecto final. Las víctimas de los charlatanes, a veces desesperadamente, nos piden consejo.

En resumen, podemos decir de SKEPP lo que Voltaire dijo de Dios: si no existiera, habría que inventarlo. Aunque... realmente esperamos poder abolirlo lo más rápido posible, si resultara que ya no es más  necesario. Desafortunadamente, eso no sucederá pronto, tal vez nunca. Pero mientras la sociedad se vea perjudicada por las tonterías y el engaño, será necesaria la gente que los denuncie. Todavía queda mucho trabajo por hacer.

IR A NEO-SKEPSIS #16: ESCEPTICISMO EN EL MUNDO (II) 



Reseña: Mahner, Martin (2022). Naturalismo. La metafísica de la ciencia

(Trad. del alemán de Francisco José Mota Poveda). Pamplona: Laetoli, 236 págs. Por Manuel A. Paz y Miño, director de Neo-Skepsis   Mahner es...